Jean-Claude Juncker se ha despedido este martes 22 de octubre de 2019 con un soberbio discurso contra los nacionalismo «estúpidos y cerrados» que, a su juicio, y combinados con el populismo, son el mayor peligro para la construcción europea.
El todavía presidente de la Comisión Europea ha insistido en hacer una llamada para «cuidar Europa» y «combatir con todas las fuerzas los nacionalismos».
La vuelta del nacionalismo. El rechazar ver a los otros con los ojos que nos vemos a nosotros mismos es una tendencia peligrosa que alimenta todos los populismos. Y los populismos combinados con el nacionalismo conducen a la ceguera, y como dijo Miterrand, a la guerra.
Un discurso que, entroncado en el contexto actual, tiene varias referencias tanto al Brexit, primera ruptura del club comunitario, como el desafío independentista catalán. Jucker siempre ha mantenido un firme apoyo al orden constitucional español.
«¡Viva Europa!”, ha enfatizado el luxemburgués al final de su discurso ante la Eurocámara en el debate para hacer balance de su gestión durante los últimos cinco años (2014-2019).
El mandato de Juncker, que debía finalizar el próximo 30 de octubre, se va a alargar hasta el 1 de diciembre para que su sucesora, Ursula von der Leyen, acabe conformando su equipo de comisarios.