El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CCXLIV)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CCXLIV)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

Que sepas que el poético sintagma que has encerrado entre paréntesis (“como el suave flotar de la nieve que acaricia el aire con timidez”) me ha empujado a recordar, de nuevo, dos líneas (“y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles”), no enteras, del inicio de “La Regenta”, de LEGAU, Leopoldo Enrique García-Alas Ureña, más conocido por su seudónimo literario, “Clarín”.

Por lo que has escrito en tu comentario (dividido) hodierno (me refiero a la crítica de ciertos comportamientos pasados, reprensibles, sin duda, de los señores mentados o no por ti, Tony Blair y Franklin Nieves, peticiones de disculpas que llegan o fuera de plazo o a deshora) parece que, no solo has leído, sino que también has sacado todo el jugo o provecho a las varias lecciones que contiene o encierra la columna titulada “Piratas” (anagrama de “patrias”), que lleva la firma de su autor, Manuel Vicent, y ha visto la luz hoy, domingo, 25 de octubre de 2015, en la última página, la 48, o contraportada, de El País.

Vicent se ha inventado un profesor que viene a decir a sus supuestos alumnos, nosotros, tú, yo y otros, sus lectores, cuanto él opina o piensa del cerebro humano, que “ese órgano es la principal materia prima que existe en el planeta, la única fuente de energía realmente inagotable, sostenible y renovable”.

Consciente de la inmensa riqueza que cabe hallar en “ese tesoro instalado en la celda del cráneo” y, asimismo, de que son pocas las personas que consiguen identificar, despertar y desarrollar sistemáticamente los dones, cualidades especiales o talentos allí dormidos, colige lo razonable o sensato, que “no hay injusticia más perversa ni despilfarro más estúpido que desperdiciar ese cerebro”.

Vicent les/nos advierte de los peligros que corren/corremos, porque “si bien es muy difícil que te roben el cerebro, es muy fácil que te lo coman o te lo laven”. Y es que diversas “son las formas de piratería que pueden convertir al niño inteligente en un futuro esclavo”.

Como colofón, implícitamente (eso es lo que intuyo o sospecho), les/nos recomienda que sean/seamos perspicaces y expulsen/expulsemos de sus/nuestros cerebros los prejuicios y las supersticiones, tan nocivos los unos como perjudiciales las otras. Y que abran/abramos por doquier ámbitos o espacios de libertad, “el último bastión que habrá que defender contra los piratas” (permíteme que insista, como hace Matías Prats en su proverbial anuncio: anagrama de “patrias”).

Déjame que termine esta epístola de forma inusual y, así, tras mudar el verbo “besar”, que usa Gustavo Adolfo, por el “abrazar” propio, deje constancia a continuación de dos de los versos endecasílabos becquerianos (los dos finales de la rima XX) por los que tengo verdadera pasión: “Que el alma que hablar puede con los ojos / también puede abrazar con la mirada”.

Ángel Sáez García
[email protected]

GRAN SELECCIÓN DE OFERTAS MULTI-TIENDA

CONSOLAS

ACTUALIZACIÓN CONTINUA

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído