El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Pilar, sé coherente y humaniza

PILAR, SÉ COHERENTE Y HUMANIZA

(ME CONSTA QUE YA LO HACES A MENUDO)

Dilecta Pilar:

Sigo, sigo (ojalá sea por muchos años, siempre que no dé guerra), como Joe Rígoli (en el papel de Felipito Takatún), vivito y coleando, como pez de colores en pecera. Quien hace bromas regularmente, verbigracia, servidor, como contrapartida, tiene que estar dispuesto a que se las hagan a él, sin chistar ni rechistar, sin paular ni maular, pues, de lo contrario, eso sería meridianamente injusto. Así veo el caso o la cosa, al menos.

Tras comentarte tu columna (no teniendo nada perentorio que coronar), me dije, añadiendo aquí, ahí y allí, puede resultar una epístola en condiciones y, tras ponerme a ello, salió la que rotulé “Estoy en deuda con Gustavo Adolfo”. Y la subí a mi blog para que viera la luz ese mismo día, como te adelanté.

Enhorabuena y/o felicidades por la confirmación (la religiosa la doy por culminada hace años) libresca (de que te publicarán pronto un nuevo libro).

Pues, a colaborar con la revista Humanizar siendo coherente, o sea, humanizando (que tanta falta hace en esa sociedad deshumanizada), dando ejemplos de humanización.

Y yo me alegro de que eso a ti te alegre.

Tú dale a lo tuyo. Saca tu tarea y a mí, si te apetece, déjame de postre (si es dulce, bueno; si es salado, mejor).

De nada (mi respuesta habitual, para no variar) o ídem.

Me ha gustado mucho el aperitivo que me has mandado, tu breve poema (no hago referencia a su título por razones obvias). Como aún no ha visto la luz (esperaré a que publiques el libro que lo contendrá para editar este escueto comentario sobre el susodicho), te adelanto qué me ha sugerido, en pequeños flashes, su lectura: al principio, vi en el calcetín que mencionas, al que le das la vuelta, el volcado de regalos recibidos esta Navidad. Pero acaso los versos que contiene fueron escrito antes de la fecha mentada. Y sea en la edad anciana donde una persona innominada haga dicho volcado en forma de aquellos recuerdos que su existencia le ha dejado grabados en la clepsidra (reloj de agua), metáfora de su memoria. Al hacer el repaso a su vida, adviertes tú (y observa la persona ideada por ti en el poema) esta verdad apodíctica: el sueño (cualquier sueño) es ingrávido, polvo de estrellas, porque apenas pesa, si lo comparamos con la perpetuidad del Universo (tal vez, diverso o multidiverso). A veces, tenemos miedo a perder (de ahí el luto urgente) lo que tenemos o lo que podemos tener (una persona o una idea), porque es una parte de nosotros. Me ha remitido al arpa arrumbada de la rima VII de Bécquer. Ignoro si has visto en el aljibe (otra palabra de la familia del agua, que somos en un 70 % los humanos), voz que eliges, un don no espabilado, la inteligencia o el mundo. La pregunta final parece confirmar que los hombres, aunque deseamos, a toda costa, controlar nuestros actos, ser libres y escoger entre varias opciones, somos meras cometas, al albur del viento, marionetas o títeres movidos por hilos invisibles. El título parece aludir a la vida, mero paso. Me ha hecho recordar una frase en latín de Baruch Spinoza: “Laetitia est hominis transitio a minore ad maiorem perfectionem” (“La alegría es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección”, que le sirvió a Ivan Jablonka para encabezar su obra “Laetitia o el fin de los hombres”, que leí hace años.

Te agradezco el envío del poema. Espero haber captado algo del mismo.

Otro (de tu amigo Otramotro).

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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