SOY, A LA VEZ, EL ESTRO Y EL COPISTA
De un aprendiz de ruiseñor me trato.
Aspiro a merecer la voz poeta,
Cuando consiga traspasar la meta
Y me haga un literato un fiel retrato.
Siento que gozo de un momento grato,
Al ver que está repleta la maleta,
Tras tanto frecuentar la bicicleta
Que acerca adonde leo más que un rato
A autores que, aunque muertos, están vivos
O para que lo estén yo doy motivos.
Soy, a la vez, el estro y la persona
Que copia los renglones que le inspiro.
Cuando termina esa labor, me piro,
Pero este menda nunca lo abandona.
Ángel Sáez García