Ecuador logró avanzar en su convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ambas partes lograron un acuerdo preliminar para un nuevo desembolso de 2.000 millones de dólares.
Este nuevo desembolso forma parte del préstamo por 6.500 millones de dólares a 27 meses aprobado en septiembre pasado, de cual ya se transfirieron 2.000 millones a Quito.
En su comunicado, el equipo técnico del Fondo indicó que “los datos preliminares apuntan a una contracción menos severa de la actividad económica que la anticipada en el segundo trimestre de 2020”.
En lugar del 11 % proyectado anteriormente, el FMI calcula ahora una contracción del 9,5 % de la economía ecuatoriana en 2020.
El Fondo constató, de todas formas, que “como en muchos otros países, Ecuador enfrenta una incertidumbre significativa con respecto a la trayectoria futura de la pandemia y los precios mundiales del petróleo”.
El nuevo desembolso de 2.000 millones está pendiente ahora de la aprobación del directorio ejecutivo del Fondo, que recibirá un informe de su equipo técnico que destaca que “las autoridades (ecuatorianas) cumplieron con todos los criterios cuantitativos de desempeño y metas indicativas”.
Para seguir recibiendo el dinero del FMI, el Gobierno de Lenín Moreno deberá acometer reformas para reforzar la autonomía de su Banco Central y también para combatir la corrupción.
Cuando aprobó en septiembre el préstamo, la directora gerente del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva, destacó que permitiría “restablecer la estabilidad macroeconómica” así como “asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas”.
Del mismo modo, recordó que las autoridades ecuatorianas “se han comprometido a deshacer las medidas relacionadas con la crisis a medida que la economía comience a recuperarse”.
En mayo de este año, el FMI aprobó otro crédito a Ecuador por 643 millones de dólares a través del instrumento de Financiamiento Rápido para enfrentar los problemas de liquidez derivados del impacto del COVID-19.
