TRIBUNA EN ABC

El soberbio consejo de Ignacio Camacho a un Sánchez loco por pactar con Bildu: «Para no oler la mierda, mejor ir a otras elecciones»

" La lavadora de intenciones con la que Sánchez pretendía limpiar a sus posibles socios parlamentarios ha acabado inundando la casa por exceso de centrifugado"

El soberbio consejo de Ignacio Camacho a un Sánchez loco por pactar con Bildu: "Para no oler la mierda, mejor ir a otras elecciones"
Ignacio Camacho y Pedro Sánchez.

Ignacio Camacho enfoca este 30 de junio de 2019 su tribuna en ABC con un consejo magistral a Pedro Sánchez para no tener que encamarse con los terroristas de Bildu y que durante su segunda legislatura tenga que estar escuchando la cantinela de que los herederos de ETA están condicionando la gobernabilidad de España.

Para Camacho, está claro que después del espectáculo visto en TVE con la entrevista a Otegi, las cartas han quedado boca arriba y con un pésimo resultado para el presidente en funciones:

Si se trataba de un enjuague, no ha funcionado. Después de la entrevista con Otegui, los socialistas más sensatos –más vale que este sintagma no sea un oxímoron– saben que la investidura les va a costar más trabajo. Que se escudara en sus sucios eufemismos para eludir la condena a ETA estaba descontado, pero no hay modo de blanquear su reivindicación del «derecho a causar daño». Después de eso se hace difícil aceptar su colaboración para el Gobierno navarro; para el de España todavía queda ERC, aunque tampoco sea un plato de agrado ya que el propio batasuno se ofreció para ayudar a cocinarlo.

En la misma semana, Zapatero ha salido pidiendo indultos para el procès y/o una sentencia que facilite «el diálogo», además de rechazar el apelativo de golpistas que la Fiscalía aplica, con lógica aplastante, a los autores de un golpe institucional contra el Estado. La lavadora de intenciones con la que Sánchez pretendía limpiar a sus posibles socios parlamentarios ha acabado inundando la casa por exceso de centrifugado.

Añade Camacho que la táctica diseñada desde La Moncloa ha sido todo un despropósito:

El plan, que habían adelantado Carmen Calvo e Isabel Celaá, consistía en equiparar a Vox y a Bildu con el objetivo de sostener que ambos apoyos son igual de legítimos. Fabulosa equidistancia socialdemócrata entre secuestradores como Otegui y secuestrados como Ortega Lara. De entrada ya resultaba complicado colocar en la opinión pública esa consigna sólo apta para trolls extremistas, para prosélitos muy convencidos, para espíritus impermeables, para incondicionales del sectarismo.

Apunta el columnista que hacer tragar al personal con este planteamiento es completamente infumable:

No es fácil colar, ni siquiera a los alarmistas con más prejuicios, una analogía entre un grupo de derecha populista más o menos faltona y un partido que se proclama heredero político de una banda de asesinos. Pero la tarea se vuelve imposible si los interesados no aportan un esfuerzo mínimo. Otegui, que ha sido un terrorista en comisión de servicio y ahora está en excedencia, fue incapaz incluso de simular una empatía farisea; renunció a la impostura y declaró sin tapujos que ya no le interesa la violencia porque el proyecto etarra puede continuar sin ella. Sin remordimientos, con una sonrisa dura y gélida que parecía brotar de una conciencia de piedra. Le sirvieron la oportunidad de «normalización» en bandeja y con la mayor naturalidad tiró el penalti fuera. Casi hay que agradecerle la franqueza.

Y aconseja al ‘okupa’ de La Moncloa que para no tener que estar tapándose cuatro años, o lo que dure la legislatura, que vaya a unas elecciones antes de tener que aceptar los votos de Bildu o las pretensiones de golpistas como Junqueras:

Ahora el presidente tiene un nuevo problema que sumar a la dificultad de convencer a Pablo Iglesias. Si se deja investir por Bildu pasará toda la legislatura escuchando que debe el puesto a los testaferros confesos de ETA. La alternativa es que la vía libre la dé con su abstención algún diputado de Esquerra, para lo que será necesario que alguien convenza al preso Junqueras. Así las cosas, la salida más honorable, la única que evitaría que Sánchez tenga que taparse la nariz.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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