La Cadena SER, el Grupo Prisa, con esa superioridad moral que cree poseer ha puesto toda su maquinaria al servicio de la propaganda partidista para en la recta final de la campaña tratar de influenciar y dirigir el voto en beneficio de la izquierda, para que mantenga el poder Pedro Sánchez.
Les interesa económicamente, no hay más que ver la publicidad gubernamental y del PSOE que estos días inundan con generosa y millonaria abundancia los medios de Prisa, pero también lo hacen por la antipatía efermiza que le tienen al PP, a la derecha o a la libertad de pensamiento en pro del sectarismo y del pensamiento único de la dictadura mediática progre.
Como en cada cita electoral, los gurús mediáticos de Prisa intentan adoctrinar desde las ondas y todos los soportes del grupo… es el caso de Iñaki Gabilondo.
En su columna en Hoy por Hoy, el hermano del candidato a presidir la comunidad de Madrid por el PSOE y exministro socialista Ángel Gabilondo, cuenta que los periodistas de El País y SER no tendrán acceso a los actos de VOX y dice que “es una decisión completamente coherente con su pensamiento, heredero del franquismo, al cual la libertad (la ajena) nunca le pareció un derecho comprensible. De la libertad de información nada digamos”.
Lamenta que “están muy crecidos los de Santiago Abascal porque parece que las cosas les van bien y además están sorprendidos de la facilidad con la que están pudiendo pregonar su mercancía averiada… comodísimos, sin apenas resistencia argumental por parte de nadie, como por ejemplo el lunes en el debate”.
Y, haciendo alarde de aquello que critica (la libertad de información) no esconde que le ha sentado mal que Abascal estuviese en el debate del pasado lunes: “en todos los debates que en la historia del mundo han sido los argumentos de cada participante están sometidos al fuego graneado de los demás. En el caso de VOX, no. Abascal dispuso de tres horas para poder informar, hacer publicidad y propaganda de su visión de las cosas sin que nadie le opusiera resistencia, salvo alguna pequeña intervención de Pablo Iglesias”.
Critica este extremo “fue una actitud completamente inexplicable por parte de todos, sobre todo por parte del PSOE, porque no paraba de robarle clientes. Inexplicable por parte de los demás, porque con su silencio estaban legitimando un pensamiento envenenado que circulaba en el mayor spot de la historia de la televisión; tres horas gratuitas”.
Y finalmente, trata de influir en el voto de los españoles sin inmutarse ni avergonzarse: “El asunto está en el punto en el que está y, a la espera de la cita del domingo, hemos de decir que, lo que se debió hacer en el debate tendrá que contestarse en las urnas. La ciudadanía tendrá que dar respuesta en las urnas a esta mercancía averiada que llega. La ciudadanía delega su representación pero no puede descargar su responsabilidad”.
