Lo de la Asamblea de Madrid este 18 de noviembre de 2021 fue tremebundo, como por otra parte, cabía esperar.
La pregunta de Mónica García, la portavoz de Más Madrid, ya saben; médico, madre, forrada y pistolera, iba sobre sanidad pública, ¡qué extraño! Ojo a la ‘genialidad’ de la pseudopodemita:
¡Ustedes pretenden cambiar la tarjeta sanitaria por la tarjeta de crédito! Deje de hurtar, quitar, robar a los sanitarios los euros de las guardias porque luego no encontrará sanitarios porque básicamente les maltrata. Ya que usted dice que no gestiona sentimientos, por favor, empiece a gestionar algo de decencia.
Ojo a la furibunda respuesta de Ayuso:
Le demostraré una vez y otra vez que lo único que hace es politizar el dolor, mentir y ser una profunda hipócrita: y este es un concepto bastante más educado del que siempre usted utiliza conmigo, y si se da por ofendida, por algo será.
Me pregunta si yo apoyo la sanidad, y decir la verdad sobre las cifras de contagios es lo que yo hago, y alcanzar el 90% de la población vacunada y sin su ayuda.
Y para terminar, explicó la presidenta de la Comunidad de Madrid con todo lujo de detalles por qué su contrincante es una hipócrita:
Déjeme que le diga una cosa: yo no sé el nombre de sus familiares, no me interesa ni cómo se llaman su marido, su hermano ni su padre. Y es algo que usted no hace conmigo, no tiene el menor respeto. No sé dónde vive, solo sé que es una hipócrita, que dice vivir de una manera y hace totalmente lo contrario.
Por cierto, nunca olvidar que el verdadero enemigo de Ayuso no es García -ni de lejos, sino Pedro Sánchez:
Los españoles en situación vulnerable son lo último en la agenda del gobierno de Pedro Sánchez.
Miseria, ruptura, subvención y guerracivilismo. He ahí el camino. pic.twitter.com/QoALbudRSy
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) November 18, 2021
Médico, madre y muy pesada
Y eso que solo hacía una semana que la pesadísima García, nuevo miembro de las Spice Girls de la política, se llevó el último varapalo en la Cámara regional:
La errejonista quiere que la presidenta le mire a los ojos mientras habla. Tiene ese problema de afecto o necesidad de ‘casito’ preocupante, porque es por lo menos la tercera o cuarta vez que se lo pide en su turno de preguntas en el parlamento regional.