No podía ser de otra manera.
Cuando se cumplen dos años de Gobierno PSOE-Podemos, coincidiendo con el ecuador de la legislatura, Pedro Sánchez celebra la fecha con el telón de fondo de una gran fiesta en homenaje de los terroristas etarras.
Este sábado, 8 de enero de 2022, los asesinos todavía presos son los grandes protagonistas de la jornada, en las calles y plazas del País Vasco y Navarra, merced a las concentraciones convocadas en cerca de 200 localidades, para exigir todavía más beneficios penitenciarios en favor de los criminales.
Concentraciones y marchas que cuentan con la presencia y el apoyo de Podemos, un partido que forma parte del Gobierno de España, y de todo el espectro nacionalista, independentista, secesionista y hasta sindicalista de nuestro país.
Se han sumado al aquelarre, además de CCOO, los socialistas de UGT, que no han devuelto un euro de todo lo que robaron y se gastaron en prostíbulos, pero encuentran tiempo, ganas y presupuesto para respaldar a los que asesinaros a líderes del PSOE como Fernando Múgica y a otro millar de demócratas españoles.
El Gobierno de coalición cumple dos años en Moncloa. Dos años marcados por las mentiras constantes de Sánchez y por una pandemia que el Ejecutivo ha afrontado a trompicones y sin criterio.
Primero se agarró Sánchez a un estado de alarma férreo que el Constitucional declaró ilegal, para después hacer todo lo contrario, desentenderse y dejar todo en manos de las Comunidades Autónomas.
Siempre asociado con los ineptos de Podemos, pese a que aseguró que el insomnio le perseguiría si Pablo Iglesias formase parte de un Gobierno.
Y es que, las contradicciones y mentiras de Sánchez han sido muchas a lo largo de estos dos largos años, y su Gobierno ha tendido cada vez más a la estulticia, consciente de que si no cede a las pretensiones de sus compinches en el Congreso de los Diputados, su permanencia en la Moncloa corre peligro.
Pese a que Sánchez negó una y otra vez que jamás pactaría con los proetarras, los acuerdos con Bildu han sido muchos desde entonces y el último y más destacable de estos pactos han sido los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Unas cuentas públicas a las que Otegi puso precio, 200 presos etarras.
El otro sector independentista, el integrado por los golpistas catalanes, también ha servido de muleta para que Sánchez pudiera seguir, y también con un precio.
Juró que jamás indultaría a Junqueras y compañía, y los tiene ya en la calle y recibiendo a manta fondos europeos.
en el Gobierno. Las encuestas dan la espalda al Gobierno de coalición y PP y Vox suben en todos los sondeos, salvo en el del CIS, que sigue coronando a Sánchez una y otra vez sin ningún pudor.