El enfado de Argelia con el PSOE pone en riesgo casi la mitad del gas que llega a España

Sáhara: el socialista Sánchez traiciona su programa electoral en el momento más inoportuno

Feijóo da por "roto" el consenso en política exterior tras el "temerario volantazo" del socialista Sánchez sobre el Sáhara

Sáhara: el socialista Sánchez traiciona su programa electoral en el momento más inoportuno
Pedro Sánchez y Mohamed VI. PD

Algo así era inevitable, dada la situación sobre el terreno, las importancia que tiene Marruecos para la política exterior española y la postura de Estados Unidos, pero no podía llegar de forma más torpe e inoportuna.

El sorprendente y brusco cambio de postura del Gobierno Sánchez ante el conflicto en el Sáhara Occidental –colonia española hasta 1976–, abre un segundo frente en la crisis energética, tras el causado por la invasión rusa de Ucrania.

Mohamed VI ha logrado imponer su postura a Pedro Sánchez, que súbitamente apoya el plan de autonomía promovido por Marruecos para la antigua provincia española y descartar el referéndum de autodeterminación.

El problema es que Argelia es el gran protector del Frente Polisario, además del principal suministrador de gas a España.

Fuentes diplomáticas argelinas calificaron este 19 de marzo de 2022 la posición de Sánchez como “la segunda traición histórica” de Madrid al pueblo saharaui.

Y el Gobierno socialcomunista, como suele ser habitual, puso cara de bobo cuando el ministerio de Asuntos Exteriores en Argel llamó a consultas a su embajador en Madrid.

Eso es toda una declaración de intenciones.

Los miembros de Podemos que se sientan en el Consejo de Ministros se enteraron por la prensa del cambio de postura historico que ha capitaneado Sánchez respecto al Sáhara Occidental.

La ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, ha manifestado su descontento con la situación.

«España no debe apartarse del derecho internacional».

Eso demandó, poco después de conocerse la noticia, pero se descarta que ella o cualquiera de sus compinches podemitas vayan a romper la baraja y dejar sus sillones y sueldos.

A estas alturas no hay ninguna duda de que el líder en la sombra de Podemos, Pablo Iglesias, y sus delegadas, Irene Montero e Ione Belarra, han aceptado una humillante sumisión a Sánchez, para conservar sus chiringuitos.

Es más gratificante tener un sueldo, coche y despacho oficial que trabajar de cajeros en un supermercado, ser profesores asociados cobrando 700 euros al mes o inscribirse en las listas del paro.

El giro copernicano de la política exterior española sobre el Sáhara no ha sentado nada bien en Argel y podría poner en riesgo el suministro de gas natural en un momento ya de por sí complicado desde el punto de vista energético, con los precios del gas y del petróleo disparados por la guerra en Ucrania.

En 2021, Argelia fue el mayor vendedor de gas a España, enviando a nuestro país el 43% de todo el que consumimos. A años luz se encuentran Estados Unidos (14%), Nigeria (11%) y Rusia (9%).

Alberto Núñez Feijóo ha arremetido con toda dureza contra el socialista Sánchez, a quien ha acusado de romper con el consenso en materia de política exterior y actuar con «frivolidad» y «temeridad» al dar un «volantazo» respecto a la posición histórica defendida por España desde hace 47 años en relación con el Sáhara Occidental.

El presidente in péctore del PP ha dado por «roto» el principio de que la política exterior debe basarse «en el consenso y en la discusión parlamentaria» y ha advertido al Gobierno de que «no puede decidir un cambio tan drástico de manera unilateral».

«Este tipo de volantazos», ha recalcado, «son una temeridad. Lamento que el acuerdo parlamentario de 40 años en este terreno no haya sobrevivido a Sánchez».

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