Los radicales de izquierda no cesan en su empeño de instalar su dictadura del pensamiento en la universidad.
Nuevamente, la Universidad Complutense es la sede de un triste espectáculo que atenta contra el principio de pensamiento crítico y diversidad de ideas que debe reinar en los centros académicos. Y otra vez, los responsables son los mismos.
Y es que el intento de boicot a la charla en la que participó la embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, casi acaba en desgracia.
Las organizaciones estudiantiles de ultraizquierda intentaron sabotear la presencia de la diplomática en el ciclo Acuerdos de Oslo: una conmemoración, que se llevó a cabo los pasados 7 y 8 de febrero en el campus de Somosaguas. La acción casi acaba en un intento de linchamiento debido a la actitud violenta de los llamados «antifascistas» que rodearon a la representante del Gobierno israelí.
De acuerdo a información del periodista Roberto Marbán de El Debate, la tensión llegó al punto de que uno de los escoltas de Radian-Gordon tuvo que desenfundar su arma reglamentaria por la actitud violenta de las personas ‘propalestina’, que rodearon a la diplomática. El exabrupto llegó al punto que necesitó la intervención de la UIP (Unidad de Intervención Policial), que realizó varios arrestos, incluidas dos mujeres que quedaron en libertad con cargos.
Por su parte, miembros de estos grupos han difundido un vídeo donde se aprecia la acción del escolta para hacerse las víctimas.
Un escolta de la embajadora de Israel en España sacó su arma en la Universidad Complutense de Madrid al ser atacada por una horda de propalestinos. pic.twitter.com/jnomuRnQCD
— Rufino Liebana Carmona (@RufinoLiebana) February 14, 2023
Si bien Radian-Gordon, denunció la «provocación violenta» de los facinerosos, quiso reconocer el papel de la institución que pese al intento de boicot llevó a a cabo el evento. «La Facultad de Filología de la UCM mostró que es posible tener un diálogo abierto, académico y equilibrado. Agradezco a la decana su valiente y decidido liderazgo».
He participado en la conmemoración de los Acuerdos de Oslo hecha por la @unicomplutense. La Facultad de @FilologiaUCM mostró que es posible tener un diálogo abierto, académico y equilibrado. Agredezco a la decana @isabeldurangi su valiente y decidido liderazgo. pic.twitter.com/qI2RirWraw
— Embajadora de Israel 🇮🇱 (@Isr_Amb_Esp) February 8, 2023
Días caldeando el ambiente
Desde la Facultad de Políticas comenzaron a calentar el ambiente colocando carteles con frases como «Fuera sionistas de la universidad», «La Complu es antifascista y antisionista» y «¿Sabías que viene la embajadora del apartheid israelí a la universidad?», al tiempo que llamaban a concentrarse el 8 de febrero a las 9:00 horas.
Acoso a Ayuso en la Complutense
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue reconocida como alumna ilustre de la institución académica, algo que no sentó bien en los mal llamados ‘progresistas’ que consideran que ellos son los dueños de las calles y las universidades.
El esperpéntico espectáculo de los radicales incluyó insultar a Ayuso sin ningún tipo de reparos con epítetos como «asesina» o «clasista»; la aparición en TVE de un profesor ‘independiente’ que fue líder de Podemos en Castilla-La Mancha e incluso, que una de las alumnas premiadas usara su derecho de palabra para cargar contra la presidenta de la Comunidad.
«Desafiando el oleaje, una vez más, por coherencia todavía me sentí más concernida en este evento (…) hubiera sido más incoherente si no defiendo, como cuando era estudiante, una universidad pública de todos. Pocos lugares han de ser tan plurales, tolerantes, y un ejemplo de convivencia como la universidad».
También desveló que la presión para que no acudiera fue tal que incluso recibió amenazas, lo que obligó a desplegar un operativo policial.
«Querían impedir que recibiera este reconocimiento y que no pudiera participar libremente en este evento. He llegado incluso a leer amenazas. Tenemos un helicóptero sobrevolando la universidad. Pero nuevamente he defendido ser una más».
A pesar de todo, Ayuso no se achicó y siguió adelante con su discurso, en el que además de recordar sus buenos tiempos de estudiante en la Complutense, a la que llama «su casa», reivindicó su papel como representante de alumnos y desvela que no se afilió a ningún partido político en ese entonces «porque no quería que inundaran la universidad con intereses ajenos».