Pablo Iglesias está convirtiendo su panfleto comunista en su propio ‘harén’.
El fundador de Podemos enchufó a una nueva asesora en ‘La Última Hora’, así como ya había ‘estrenado’ con Dina Bousselham.
El vicepresidente segundo ahora abrió un nuevo espacio a su asesora y la hija del político Jorge Verstrynge, Lilith Vestrynge.
Con su incorporación, ya son dos mujeres muy próximas a Pablo Iglesias que toman las riendas de una publicación apadrinada por Podemos y que busca ‘vender’ su versión de los hechos ante los acontecimientos políticos y sociales de España.
Asimismo, sus ‘guerreras’ son las encargadas de señalar y atacar contra aquellos medios, formaciones políticas o personas que consideren que menoscaban a Podemos o a su líder supremo, Iglesias. ¿Un ejemplo?, las embestidas contra el periodista Vicente Vallés.
La llegada de Verstrynge al panfleto comunista llega en pleno escándalo judicial por el ‘Caso Dina’, donde el fundador de Podemos retuvo durante meses escondida la tarjeta con información y fotos íntimas de Bousselham.
Sin embargo, Lilith no se encuentra exonerada de la polémica, ya que ha sido vinculada en distintas oportunidades con una relación amorosa con el vicepresidente segundo. No en vano, se indicó en los medios de comunicación que sería la mujer que aleja a Iglesias de su pareja, la ministra Irene Montero.
Desde París con amor
Lilith Vestrynge, de quien aún se sospecha que mantiene una relación sentimental con el líder de Podemos, comenzó su trayectoria en el panfleto comunista analizando la actual situación de la política francesa.
A través de su artículo ‘Las dos Francias: archipielización de una sociedad’, la asesora de Iglesias afirma que «con una derecha tradicional magullada, una extrema derecha haciéndose a marchas forzadas con el monopolio populista y nacionalista sólo cabe esperar que de los resultados y la situación vivida en las elecciones municipales emerja una opción de consenso en el ámbito de la izquierda».
En el texto, Lilith Vestrynge advierte del auge de Marine Le Pen, líder de la ultraderecha francesa. «El 55% del voto obrero iría en las próximas elecciones a Le Pen, mientras que sólo un 16% del voto obrero se repartiría entre todo el espectro de la izquierda francesa».
