Que la visita del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez es una estratagema política y no un acto de solidaridad con el pueblo ucraniano es cada vez más evidente. La excusa: una invitación del presidente Volodímir Zelenski.
Como si no fuera suficiente la casualidad de que este viaje intempestivo se produce justo después de la visita a Ucrania del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, también sucede en medio de la visita a España de los «hombres de negro» de Bruselas y la polémica por los más de 520 delincuentes sexuales beneficiados por a Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual, conocida como Ley del Sí es Sí.
Cabe destacar que las distintas comisiones del Parlamento Europeo que han visitado el país han retratado la pésima gestión de los fondos europeos, las chapuzas legales del ‘Sí es sí’ y de la malversación; así como medidas que van a aplicar pese a que lo han negado, como el subir los impuestos, todavía más, a los autónomos.
Además de esto, otra cosa que confirma que el viaje del presidente es una jugada política, es que contó en Ucrania con un masaje a cuatro manos por parte de Ángels Barceló (SER) y de Íñigo Alfonso de RTVE.
Sánchez en sus intervenciones en suelo ucraniano, ha hablado de la guerra de forma que no lo hace aquí por miedo a su socio de Gobierno pro ruso, Podemos. Incluso, ha anunciado el aumento de seis a diez, en los tanques Leopard que serán enviados a la nación de Europa del este, así como en la formación de soldados ucranianos en el uso de estos vehículos, al tiempo que ha reafirmado el compromiso de España con la nación que es agredida por Rusia.
Esto contrasta con la doble pifia que cometió en la misma alocución. Como había pasado mucho tiempo sin usarlo, volvió a sacar el ‘francomodín’ para hacerse la víctima. Primero, difundiendo un bulo histórico por ignorancia o mala fé. Y después, retratándose como alguien que no tiene talla moral y tiene una enorme falta de conocimiento del derecho internacional.
«Si miramos hacia atrás en nuestra historia, cuán importante hubiese sido, en momentos muy difíciles también en la historia en España, haber contado con la solidaridad internacional. Que no la tuvimos. Fuimos un país olvidado por esa comunidad internacional. Nosotros no olvidamos esa situación que vivimos en el siglo pasado. Y por eso somos un país comprometido con la defensa de unos derechos y unas libertades que también son las nuestras».
El socialista se queja de la falta de ayuda internacional durante la Guerra civil pero se le olvida que la República recibió ayudas, entre otros, de la Rusia comunista. Además, estaban las Brigadas Internacionales, que eran unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros de más de cincuenta países que participaron en en el conflicto junto al Ejército Republicano.
Participaron en la defensa de Madrid en 1936, las batallas del Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel, Aragón y el Ebro. Pero el bando republicano contó desde antes de la formación de esta Brigada con combatientes de otras naciones, algunos exiliados que se encontraban en suelo español como el novelista francés André Malraux y el socialista italiano, Fernando De Rosa Lenccini.
Pero Sánchez olvida también el papel del Comité de Londres o Comité de no intervención, impulsado por Francia y Gran Bretaña, que buscaba frenar el apoyo de distintos países a los dos bandos para evitar que el conflicto escalara a uno regional o mundial. Y es que, tanto republicanos como franquistas fueron dotados de armas y material bélico por parte de otros países. De ahí el «Acuerdo de No Intervención en España», firmado por 27 estados europeos, que ahora critica el presidente.
De hecho, la Guerra civil española ha sido considerada en muchas ocasiones como el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial.
