No les cabe un cacahuete en salva sea la parte. El cierre de campaña de Vox en la Plaza de Colón de Madrid la tarde noche del 26 de abril de 2019 ha puesto de los nervios a más de uno y fruto de ello es lo que se puede encontrar en los quioscos con la portada que el diario de Enric Hernández, El Periódico de Cataluña, le ‘regala’ a sus lectores contra la formación ‘verde’ –VOX ‘asusta’ a Sánchez reuniendo a 20.000 personas en Colón: «¡Libertad o dictadura progre!»-.
El rotativo barcelonés teme hasta el mismísimo tuétano al partido de Santiago Abascal y no duda en abrir con «alarma extrema» su noticia principal y con foto del líder de espalda y cogiéndole el gesto de saludo a sus militantes y simpatizantes como si estuviese hacuendo el saludo fascista. Todo muy ‘alentador’ –¿Ataque soterrado de Karlos Arguiñano contra Vox?: «El domingo a votar, no vaya a ser que se nos cuelen»-.
Pero como con la portada tal vez no le bastaba, Carles Francino, en otro artículo para el mármol, se lanza a desprestigiar a Vox y a sacar de la tumba, una vez más, a Franco –Andrés Calamaro apuesta por VOX: «Prefiero el vértigo de los patriotas y reaccionarios»-.
Llevo unos días con una sensación bastante rara. Y un poco cargante también. No hay conversación, ya sea con amigos, conocidos, colegas de profesión, incluso con algún familiar -imagino que les habrá ocurrido a ustedes también- no hay conversación que no empiece diciendo alguien: «Estoy acojonado con los resultados del domingo». Bueno, pues sinceramente, yo lo que estoy un poco harto de esta actitud, estoy bastante cansado ya.
¿Acojonados por qué? Ya sé que hace cinco meses, con las elecciones andaluzas y el ‘descubrimiento’ -entre comillas- de que 400.000 personas habían votado a Vox se encendieron muchas alarmas; y que desde entonces las expectativas de este partido que reivindica la figura de Franco, con todo lo que ello significa, no han parado de crecer. Pero, ¿de verdad en España existe una mayoría tan grande de ultraderecha como para que los demás sigamos la corriente o estemos atemorizados? No, yo creo que no, de ninguna manera, no nos dejemos asustar.
O la redactora Gemma Robles que ‘aconseja’ a sus lectores tener en cuenta lo que dice la prensa internacional a la hora de darle el voto a Vox, como si el partido de Abascal fuese una opción antidemocrática o estuviese detrás de ella el mismísimo demonio –Bertrand Ndongo (Vox): «Decirle a los africanos como hace Podemos ‘venid, venid a España’ es una hipocresía. La izquierda radical utiliza a los inmigrantes»-:
Las imágenes de los mítines protagonizados por Santiago Abascal en territorios como Madrid, Zaragoza, Sevilla o Valencia han dado cuerpo a la idea de que la ultraderecha no es que llegue al Congreso, es que va a hacer suya buena parte del hemiciclo. Esas fotografías y vídeos son virales y recorren las redes de los que sonríen de manera cómplice y de aquellos que prefieren no creer lo que están viendo. Hay iniciativas de distinto origen llamando a salir a votar sin excusas para frenar el despliegue de los voxistas. Y más indicios de que algo pasa, aunque sólo sea que ha crecido el ratio del miedo.
En las últimas 48 horas, publicaciones internacionales de prestigio como The Economist, Foreign Policy o Financial Times han dejado constancia, negro sobre blanco, de la inquietud que les provoca la irrupción de la derecha extrema en la política española, ya bastante polarizada en los últimos años por el proceso secesionista en Catalunya. Advierten del peligro de la inestabilidad. Del bloqueo. Y llegan a recomendar el voto mayoritario para los socialistas, como dique de contención.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72