No hay nada más calamitoso que utilizar de forma política los delitos de odio, pues bien, eso es lo que han hecho durante 48 horas desde la izquierda y pisando el acelerador a fondo.
Lo que pasa es que el destino ha querido un giro de guion inesperado; que finalmente el chico de Malasaña se haya desdecido de la denuncia a ocho encapuchados que le apalizaron y escribieron en el glúteo a navaja la palabra ‘maricón’ para decir que todo fue falso.
Y uno de los que emergió en este lapso de tiempo como abanderado de la causa en contra de la derecha no es otro que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que con esta nueva metedura de pata va ya de mierda hasta los tobillos.
A recordar.
Cuenta OkDiario en su editorial que «no es la primera vez que Marlaska se lanza en tromba para sacar tajada política»:
Lo hizo con el asunto de los sobres con balas que utilizó como munición política en vísperas de las elecciones del 4-M y lo hizo cuando se inventó un supuesto informe policial para tratar de ocultar las coacciones a dirigentes de Ciudadanos en la marcha del Orgullo LGTBI en 2019.
A más, el despido ‘fail’ del coronel Diego Pérez de los Cobos, que fue anulado por la Justicia por tratarse de improcedente, manipulador e ideológico y un auténtico pufo en el haber del juez metido a político.
Y otro; cuenta COPE.es que «la fiscalía daba la espalda al magistrado al paralizar la devolución de menores a Ceuta, que había ordenado el propio Ministerio del Interior»:
Marlaska argumentaba su postura en un procedimiento firmado en 2007 con Marruecos, que la justicia española no consideró suficiente. La juez que suspendió la devolución de los menores dejó claro que la competencia del caso era de la Delegación del Gobierno en Ceuta, y que el acuerdo de 2007, al que se había acogido el ministro, era solo «una declaración de intenciones».
A esto le tienen que sumar el fracaso absoluto de las cartas recibidas con balas y cuchillos por algunos dirigentes durante las elecciones madrileñas del pasado mes de mayo. Marlaska se aventuró a culpar a la derecha de un incremento de la crispación, y al final el ‘fake’ se lo colocó por haberse tratado de un ciudadano con problemas mentales…
«¡Márchate a casa!»
El propio Carlos Herrera arrancó en COPE furibundo este 9 de septiembre de 2021, apenas unas horas después de conocerse la anulación de la denuncia. Y lo hizo precisamente contra el propio Marlaska:
Pero miren, el ridículo mayor, aparte de el del presidente del Gobierno, que ese sale a ridículo por día, es el ridículo del ministro del Interior. Es que no le queda ni un resquicio de respetabilidad. Fernando, de verdad, márchate a casa. Con la admiración que despertaba de juez, ahora es una sombra. En este episodio se ha superado a sí mismo en indignidad y estulticia.
