Este 23 de junio de 2022 en la Asamblea de Madrid se vivió el habitual chaparrón de Isabel Díaz Ayuso hacia los portavoces radicales de izquierdas, pero también algún momento más desagradable.
Lo protagonizó la diputada de VOX, Alicia Rubio, siempre muy polémica, que probablemente no estuvo acertada en este caso tampoco. No sabemos muy bien a qué se refería Rubio, ni lo vamos a interpretar como hizo su oponente podemita, pero aconsejó a los compañeros de Asamblea que en las inminentes fiestas del Orgullo «se cuidaran»:
«Yo le recomiendo porque, realmente yo al señor Rubiño aunque él a mí me odia yo no le odio, que por favor se cuide en el Orgullo. Cuídense, cuídese durante todas las fiestas del Orgullo, ¿De acuerdo?»
Y Eduardo Rubiño, de Más Madrid, montaba el circo bastante exaltado:
Eduardo Rubiño y Alicia Rubio.
«No sé lo que ha insinuado usted aquí hoy cuando me ha dicho que me cuide en el Orgullo. Me parece muy grave que se sobrevuele con el estigma en base a la salud sexual, porque es a lo que usted se estaba refiriendo y lo sabe perfectamente, lo sabe perfectamente ¿Sabe de lo que nos tenemos que proteger las personas LGTBI? De personas como ustedes, que solo agitan el odio y la vergüenza».
En Más Vale Tarde pierden los papeles
Pero lo importante en este caso no estuvo en la Asamblea, sino en el posterior análisis de laSexta, particularmente en el Más Vale Tarde.
Fue ahí donde los presentadores, Cristina Pardo e Iñaki López, tampoco sorprendiendo a nadie, atacaron a la diputada de VOX:
«Yo no sé si esta señora se refería a la viruela del mono o qué, pero me parece de un mal gusto y de una falta de sentido común», decía Pardo, mientras que su copresentador apostillaba: «Es de un rancio, de un antiguo».
Pero no fueron ellos, sino la tertuliana que tenían sentada en su mesa, la que terminó de perder los papeles. Loreto Ochando es, igual que toda la izquierda, ya saben, sumamente sensible con esta moda de la salud mental -a la que nos sumamos en Periodista Digital, por cierto-, pero debe ser que solo a ratos. Porque lo que salió entonces por su boca contra la diputada de VOX es como para que se apresure a pedir disculpas: «¡Tarada, loca!»
«O sea esta señora es una tarada. Pero así, con todas las letras, es una tarada. Porque ha estigmatizado… Perdona, pero no, o sea, exacto, le ha contestado perfectamente, que me tengo que cuidar de personas como usted, que ya está bien que en 2022, ¿eh?… Que eso parece sacado… ¿Os acordáis de cuando empezó el tema del SIDA en los años 80? Pues esa señora se quedó anclada ahí. ¡Y esa señora es una loca!
¿Piensan que los presentadores del programa la censuraron entonces? ¡Qué va! Sonrisitas y un «bueno» tratando de calmar a la radical.
