(PD).- El PP contraataca la campaña de la Plataforma de Apoyo a Zapatero, esa en la que varios artistas aparecen colocándose un dedo sobre la ceja. El gesto pretende imitar la forma de las cejas del presidente Zapatero.
La sección joven del PP, Nuevas Generaciones, ya ha respondido en su web que el gesto no remite a Zapatero sino que alude a la C de canon digital:
“Del que muchos de ellos [los artistas] esperan seguir viviendo”.
La web cita una declaraciones del presidente del PP, Mariano Rajoy, en las que sostiene que el actual Partido Socialista “ha inventado el socialismo de los millonarios y se han olvidado de los problemas reales de los españoles”:
“No pienso ser el presidente del Gobierno de quienes defienden el canon digital y luego apoyan al que se lo da. Yo lo voy a quitar, que lo sepan los españoles”.
CON ACENTO CIRCUNFLEJO
En cualquier caso y como aconseja el siempre genial Ignacio Camacho en su columna de ABC, las cositas claras: «Zapatero da el canon a los artistas, y los artistas dan (y piden) el voto a Zapatero».
Irreprochable, nada que objetar, la política es un juego de favores mutuos, quid pro quo, do ut des. Pero que nadie se extrañe si ese juego se extiende a otros sectores. Por ejemplo: Zapatero hace pagar el canon digital a los internautas y consumidores, y los internautas y consumidores, que por cierto son bastantes más que los artistas, hacen pagar su canon electoral a Zapatero. Quid pro quo.
Claro que para eso sería útil que alguien -¿qué tal el PP?- se preocupase de movilizar a los paganos igual que el PSOE se preocupa de movilizar a los perceptores. Sin crispación ni enfados, con humor y alegría.
«Defender la alegría», dicen los cantantes expropiando las palabras del gran Benedetti. ¿No van a estar alegres, si les acaban de regalar una pasta a costa del contribuyente?
Y hacen con el dedito índice el ángulo del acento circunflejo, ^^, símbolo del presidente en el lenguaje de los sordomudos, sinécdoque gestual que identifica por las zejas -Aznar era un bigote- al hombre de la mirada líquida y el discurso hueco.
Los pagaches del canon bien podrían utilizar el dedo corazón, levantado al cielo, para expresar su respuesta a tan interesada invitación a respaldar a quien les impone una tasa preventiva.
Pero el PP, a años luz de retraso frente a sus adversarios en imaginación propagandística, se pierde en asuntos como las mamografías de las ecuatorianas o ese nefasto «llegar a fin de mes» con la cara de Rajoy, que tal parece que el que no llega es el candidato.
Los socialistas le madrugan la iniciativa y encuentran la manera de neutralizar con humo retórico incluso las ideas mejor ponderadas, como la del contrato de integración para los inmigrantes.
O le dan desenfadadas vueltas de tuerca a los recurrentes motivos de su agenda política -PAZ, Plataforma de Apoyo a Zapatero, aunque le falten zetas: lo suyo sería pazzzzzzz- sin que nadie desde la orilla opuesta les pase por la cara las reuniones de Loyola con los pacifistas de ETA y Batasuna, recién narradas por Egibar con preciso lujo de detalles.
Si las elecciones se ganan en las campañas -que está por ver, porque algo tendrán que influir los años de gestión (?) de Gobierno-, se explica por qué el PSOE mantiene ventaja en las encuestas. Los chicos de la agencia Sra. Rushmore se están ganando el salario.
Otra cosa es que baste con los guiños simpáticos y/o inteligentes para hacer olvidar cuatro años de despropósitos, improvisaciones, rectificaciones y no pocas infamias.
Pero puede ocurrir. Sobre todo, si ese despliegue de desparpajo no encuentra respuestas que refresquen a los ciudadanos la memoria reciente de una legislatura desdichada.
Acento por acento, esa desacomplejada e irresponsable forma de gobernar no es circunfleja: es grave. Como el pronóstico de una severa herida social.
LO QUE VALE UNA «ZEJA» DE ZAPATERO
Todo vale para arañar unos votos más. Hasta echar mano del mundo de la farándula en plena precampaña electoral y cobrar favores pasados. Claro que antes hay que estar predispuesto a ello.
A los intelectuales y artistas que no se cansaron de gritar no a la guerra, ahora agradecidos por el canon digital, no les ha bastado con crear una Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ), sino que además le han puesto voz a través de una canción («Defender la alegría»), basada en un poema del escritor uruguayo Mario Benedetti.
En sí, la letra fue reinventada por Joan Manuel Serrat en su disco «El sur también existe». Pero la intención de ahora es muy diferente. Como explicó Álvaro de Luna, uno de los portavoces de PAZ, «ante la tristeza de la derecha, apostamos y luchamos por la alegría».
Con esa composición han decidido «defender la alegría frente a la catástrofe, la intolerancia y el retroceso».
LOS ATAQUES
El director de cine, José Luis Cuerda, fue el primero en lanzar los dardos. Y para justificar que «Zapatero lo ha hecho razonablemente bien» durante los cuatro últimos años, sólo le bastaron dos argumentos.
Defendió una futura victoria socialista para que «no vuelva la turba mentirosa y humillante, que piensa desde su imbecilidad, que todos somos más imbéciles que ellos», en una alusión directa a los populares.
Tampoco la Iglesia quedó libre de críticas.
«Y puesto que Rajoy no va a pelearse con ellos», el cineasta volvió a respaldar otra legislatura de Zapatero «para que los obispos no nos echen encima una teocracia humillante y estúpida».
No hubo ningún recuerdo de crisis económica -incluso el manifiesto de PAZ alabó «los logros de la política económica» socialista «con la mejora del bienestar para todos los ciudadanos»-, ni de los recientes ataques del Gobierno a la Conferencia Episcopal, ni del proceso de negociación con ETA mientras la banda terrorista perpetraba atentados, ni de la guerra de los estatutos…
EL MANIFIESTO
Estaban los de siempre. Y se hicieron rogar durante media hora de espera. Entre ellos, Pedro Almodóvar, Jesús Vázquez, Boris Izaguirre, Marisa Paredes, Cayetana Guillén Cuervo, Judit Mascó, Miquel Barceló, Juan Goytisolo y Leopoldo Alas.
El manifiesto -leido por Carmen Vela, investigadora y directora de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas- pidió el apoyo a Rodríguez Zapatero por cinco motivos. El primero: porque «cumplió su palabra de retirar las tropas españolas de una guerra inmoral e injusta». Y eso no se olvida.
A continuación, porque, como se ha mencionado, su legislatura ha ido acompañada de «logros de la política económica», también ha defendido «la igualdad entre hombres y mujeres», se ha llevado a cabo «la ampliación de derechos civiles más importante de nuestra historia reciente» y, por último, ha profundizado «en un modelo de Estado plural dentro del marco de la Constitución».
Para los cerca de 5.000 firmantes, con eso basta para «confiar en la capacidad de José Luis Rodríguez Zapatero para seguir liderando este proyecto colectivo».
Tras el manifiesto dos vídeos pusieron el broche de cierre al acto. El primero ya se conocía porque los artistas lo colgaron en redes sociales de internet como Youtube y Facebook.
En él aparece un sonriente Zapatero que hace gala de su signo en la Lengua Española de Signos y marca la forma de su ceja con el índice de la mano derecha. Está arropado por artistas como Concha Velasco, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Bosé, Soledad Jiménez, Álvaro de Luna, María Barranco y Fran Perea. Y un único mensaje: «Estoy con Zapatero».
Los mismos protagonizan el vídeo de la canción «Defender la alegría», donde Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, conversan amenamente con los cantantes en un estudio de grabación.
Poco antes de comenzar los acordes, Víctor Manuel sentencia: «Defendemos la alegría contra los cenizos». Y todos concluyen, otra vez, con el signo de Zapatero.
Escribe M.J. Pérez-Barco en ABC:
¿A quién no le gustaría saber si tanto apoyo y compromiso quizá se traduzca en el futuro en subvenciones si vencen lo socialistas en las próximas elecciones?