Esperanza Aguirre se suma a los jóvenes del PP que quieren olvidar el mayo ’68

(PD).- Esperanza Aguirre quiere enterrar los valores del mayo del ’68. La presidenta de la Comunidad de Madrid se reunirá con los estudiantes de la Unión Democrática de Estudiantes y con las Nuevas Generaciones madrileñas para «romper» con los valores de la izquierda sesentista y reivindicar la «cultura del esfuerzo» y «la autoridad» en la educación. Adiós a los complejos. Primero fue la puntilla al Che. Ahora, a por el mayo del 68. No se lo perdonarán.

Esperanza Aguirre, Nuevas Generaciones de Madrid y la Unión Democrática de Estudiantes «romperán» el este sábado en un acto con el espíritu del mayo del 68 y reivindicarán recuperar «una Instrucción Pública basada en la autoridad del profesor, la cultura del esfuerzo, el aprendizaje individual a través de la transmisión de conocimientos y del uso de la razón, la memoria y el cálculo, y la evaluación como garantía de un sistema de promoción social».

Este acto que se celebrará en la Universidad San Pablo CEU de Madrid pretende romper con la ideología del «prohibido prohibir» que, según el presidente Nacional de UDE, Álvaro Vermoet, «rige desde 1968 la pedagogía oficial en España».

Según informó este jueves la UDE, a las jornadas también asistirán el presidente de los jóvenes populares de Madrid, Pablo Casado; el asesor del Ministerio de Educación francés, promotor del colectivo ‘Sauver les Letres’, Marc Lebris; el profesor de Magisterio, ex Inspector Jefe de Escuelas en el Reino Unido con los Gobiernos de Margaret Thatcher y de Tony Blair, Chris Woodhead; y la viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Alicia Delibes, entre otros.

TRAS LOS PASOS DE NICOLÁS SARKOZY

Y no es extraño que acuda el ministra francés. Sarkozy fue el primero que, ya durante la campaña electoral, le declaró la guerra al mayo parisiense de 1968.

Uno de sus discuros que despertó mayor entusiasmo antes de las elecciones fue a finales de abril, donde, para conjurar a la famosa fecha, colocó en primera fila al filósofo Daniel Glucksmann, hijo del 68, al que invitó a hablar. Glucksmann, visiblemente emocionado, aseguró que Francia lleva 25 años paralizada, y que «no puede perder otros cinco años» para que el país tenga «un futuro».

Esperanza Aguirre no se resginó con el Che. Mucho menos con mayo del 68.

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