El general del Yak-42: «Firmé sin saber lo que ponía en los informes porque estaba todo en turco»

(PD).- El general médico Vicente Navarro, que se encargó de elaborar la lista de los 62 militares españoles fallecidos en el accidente del Yakovlev-42, ha admitido este martes que pudieron «bailarle» nombres y números en la relación de cadáveres que elaboró tras la catástrofe, aunque insistió en la posibilidad de que las autoridades turcas cometieran «errores» en la entrega de los cuerpos porque «hubo mucho trasvase de bolsas».

«No hay ningún general infalible», decía ante las preguntas del fiscal.
En la primera jornada del juicio por la identificación errónea de 30 de los 62 fallecidos, el principal acusado aseguró «llevar seis años» preguntándose por qué se produjeron los errores y aseguró «no haber encontrado una explicación» a si éstos se debieron a la identificación de los cadáveres, que asumió personalmente, o a «errores en la entrega» por parte de las autoridades turcas.

«No me lo explico. Llevo seis años preguntándome qué ocurrió. He elaborado tres listas, me han bailado números, puede ser. Hubo muchísimas manipulaciones, cambios de saco, cambios de número y cambios de embalaje, ahí debe estar la concatenación (de errores)», señaló Navarro, quien aseguró que el ex ministro de Defensa Federico Trillo únicamente le pidió la «recuperación y repatriación» de los cuerpos pero no su «identificación».

¿Firmaría?

«¿Si usted ve ese párrafo que dice que hay algunos sin identificar que hubiera hecho?», le ha preguntado la acusación. El general ha respondido tajante: «No firmar. Firmé sin saber lo ponía porque estaba todo en turco. Si llego a saberlo, ¿cómo voy a firmar?», ha asegurado Navarro, quien ha negado que «nos queramos quitar de encima la responsabilidad».

Al general médico Vicente Navarro, al comandante José Ramírez y al capitán Miguel Sáez se les imputa un delito de falsedad documental e identificación errónea de 30 cadáveres de aquella tragedia. La Fiscalía pide para el oficial superior cinco años de prisión, y cuatro años y medio para los dos médicos.

«Volvemos a casa»

Durante la sesión vespertina de la primera jornada del juicio, Ramírez y Sáez declararon que siguieron en todo momento las órdenes de Vicente Navarro y que, según indicó el primero, «no tenían por qué dudar» del procedicimiento de identificaciones que éste había llevado a cabo.

El comandante Ramírez explicó que su labor consistió en tomar nota de las lesiones que presentaban los cadáveres y de los efectos personales que portaban consigo, y que ésta finalizó cuando el general Navarro les entregó un listado manuscrito de víctimas, les ordenó que colocaran cada resto en un féretro y les anunció: «Volvemos a casa».

Por su parte, el capitán Miguel Sáez negó que recibiera la orden de «llevarse los cadáveres inmediatamente a España» y confirmó que el listado de fallecidos con el que contaba se lo facilitó el general Navarro.

LA DECLARACIÓN DEL CAPITÁN

El capitán ha dado una versión ligeramente diferente. Antonio González, capitán enfermero, ha dicho que cuando regresaban a España con los cadáveres, no estaban identificados.

«Yo pensaba que seguían sin identificar», ha dicho Antonio González en una segunda sesión del juicio.

Este mando militar también ha reconocido que los trabajos se hicieron con prisas para llegar a tiempo al funeral de Estado que se iba a oficiar en la base de Torrejón. «Había que darse prisa para salir y acabar con el enferetrado», ha afirmado.

Este testigo, el primero que ha comparecido en la vista oral, ha relatado que él se desplazó desde España el mismo día del accidente en un avión en el que también viajan el ex ministro de Defensa Federico Trillo, el general José Antonio Beltrán (coordinador de la operación de recuperación de los cadáveres) y dos de los acusados: el comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez.

Su trabajo allí consistió en tomar notas de los «datos objetivos» de los cadáveres: envergadura, el peso, documentación o las chapas con nombre. González ha insistido en que su labor consistía en recoger esas pruebas para ayudar a la identificación de los militares fallecidos. Cuando les encomendaron la misión de trasladarse a Turquía, González ha subrayado que entendió que iban a «recoger los cuerpos para trasladarlos a España» y no que «la misión principal fuera la de identificarlos».

Tras su declaración, ha testificado el capitán enfermero Jesús Javier Couceiro, que también formó parte del equipo médico enviado a Turquía tras el accidente del Yak-42. Couceiro ha admitido que en Turquía, antes de regresar a España, «nos dijeron que todos los cuerpos estaban identificados».

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