A la Reina Letizia se le ha complicado la vida porque tiene varios frentes abiertos no solo ya con los desgraciadamente frecuentes desencuentros con la familia de su esposo, el Rey Felipe VI, sino también con parte de sus familiares directos y más allegados.
Según han confirmado a Periodista Digital fuentes próximas a La Zarzuela, pese a la naturaleza estrictamente privada de estas visitas y la supuesta relación de confianza de sus visitantes, Doña Letizia no baja la guardia en relación a con su celo por mantener la privacidad e impone que sus familiares dejen, a la entrada, sus teléfonos móviles bajo custodia del personal de seguridad de la Casa Real.
Con esta medida la Reina quiere evitar grabaciones, fotografías o la difusión de imágenes que afecten sobre todo a sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, pero también a todo lo relacionado con la vida en la zona privada de Palacio. Un estricto control que no ha sentado nada bien entre los Ortiz-Rocasolano, tal y como explican las fuentes consultadas.
Especialmente dolida está quien era la sobrina más querida de la Reina, Carla Vigo (hija de la fallecida Erika Ortiz), que última está en ‘rebeldía’ con cada paso que da Doña Letizia.
Precisamente, según ha podido constatar PD, es desde el entorno más próximo a Carla desde donde se han filtrado las exigencias “obsesivas de seguridad” de la Reina Letizia para con su sobrina, de la que al parecer no se fía.
La sobrina de la Reina, Carla Vigo.
Las amigas de Carla Vigo han hecho público así que a Carla le “requisan el móvil” cuando va a visitar a tu tía y se lo devuelven una vez ya fuera de Palacio. Las amigas no esconden que detrás de esta medida está directamente Doña Letizia y tampoco evitan las críticas a la Reina por “sospechar” de su sobrina.
Una filtración que se produce justo cuando la tía de Doña Letizia, Henar Ortiz, ha realizado unas declaraciones a Vanity Fair que aportaba ciertos detalles sobre «incómodos» de la Boda Real: “La viví desde una ingenuidad absoluta. Para mí era la boda de mi sobrina, aunque en realidad fuese una boda de Estado. Luego supuso una seria alteración en nuestras vidas. Hubo demasiados y doloroso daños colaterales”.
Declaraciones que parecían un anticipo de la tormenta, una más, que se está generarando en La Zarzuela a costa de una serie de polémicas normas impuestas por la Reina Letizia de obligado y riguroso cumplimiento -no solo afecta a su sobrina Carla– cuando recibe en Palacio una visita familiar.
