ALTO Y CLARO

Moncloa arde: una carta circula por las Embajadas con pruebas del ‘golpe de Estado’ de Sánchez

Los organizadores de la manifestación de este sábado informan internacionalmente de sus motivos

Pedro Sánchez, en una imagen reciente.
Pedro Sánchez, en una imagen reciente.

Este sábado es noticia la convocatoria civil de la Fundación Foro Libertad y Alternativa que llama a los españoles a movilizarse contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Los convocantes han remito una carta a a todas las Embajadas, Consulados, corresponsales extranjeros y al Parlamento Europeo con una única intención explicar a la opinión pública e instituciones mundiales «Las razones de fondo de esta convocatoria ciudadana en Cibeles 21 de enero de 2023”.

El texto -escrito en español, inglés, alemán y francés- que los organizadores han remitido a Periodista Digital es contundente y aporta detalles de cómo Sánchez se ha convertido en una suerte de dictador. Por su interés reproducimos algunos párrafos del mismo.

Una gran parte de la sociedad española asiste con profunda preocupación y rechazo a la deriva política en la que está inmersa España. Las alarmas han saltado definitivamente con los ataques indiscriminados al Tribunal Constitucional y con la última modificación legislativa para hacer un Código Penal a la medida de los responsables del golpe de Estado de octubre del 17. La alteración del Código Penal al dictado de los propios transgresores, eliminando el delito de sedición y rebajando hasta el ridículo las penas por malversación de los políticos, es propia de una democracia que se asoma al abismo de su fracaso. 

Se han dado todos los pasos para resolver el horizonte penal de los delincuentes nacionalistas vinculados a los partidos socios del Gobierno: los condenados por sedición han sido indultados y los presos de ETA salen a la calle por la puerta de atrás, trasladándolos al País Vasco una vez se ha cedido la competencia de prisiones al Gobierno autonómico.

Al mismo tiempo, se colonizan instituciones y corporaciones con simpatizantes y miembros del partido, alterando el juego de equilibrios y contrapesos necesario para el correcto funcionamiento de la democracia. La lista sería interminable, pero debe destacarse, por su gravedad, el último hito de esta invasión partidista de las instituciones: el asalto al Tribunal Constitucional, donde el Gobierno ha designado como magistrados a otro exministro y a una directora general de Sánchez.

Este proceso colonizador se suma a la limitación de funciones, la presión o la deslegitimación constante de las instituciones u organismos que puedan ejercer la necesaria función moderadora o de contrapeso.

Para cerrar el círculo, desde el bloque gubernamental y sus socios se menoscaba el control parlamentario; se ha batido el récord en el uso del Real Decreto Ley.

Este conjunto de nocivas actuaciones para la salud de nuestro sistema democrático ni son hechos aislados ni pueden deberse exclusivamente a la simple compra de apoyos parlamentarios: son demasiado graves. Interpretadas en su conjunto revelan que estamos ante algo notablemente más grave: hay en marcha un plan de mutación constitucional que se mantiene oculto a los ojos de la ciudadanía y que está siendo acordado con los representantes de los nacionalismos secesionistas y los herederos del discurso del terror de ETA. Conscientes de la falta de apoyo popular para obtener las mayorías necesarias para modificar la Constitución, se pretende un cambio constitucional por otros medios; la tergiversación e interpretación ideológica de la Constitución, la presión a los tribunales, el control partidista de las instituciones y las vías de hecho. Este plan está corroyendo nuestra democracia.

Los españoles en noviembre de 2019 no votamos lo que está sucediendo. El Partido Socialista concurrió a las elecciones asegurando que no daría entrada en el Gobierno a los populistas, dejó bien claro que nunca sostendría la gobernabilidad en quienes desde la Generalitat acababan de articular un golpe de Estado, se comprometió a permitir el íntegro cumplimiento de las condenas de los sediciosos, a no pactar con Bildu, heredero directo del brazo político de ETA, y a hacer de la lucha contra la corrupción y por la regeneración democrática dos de sus principales objetivos.

No se trata de izquierdas, derechas o centro. Se trata de no permanecer impasible ante la grave erosión de nuestras instituciones, el deterioro de nuestra democracia y el debilitamiento de nuestro Estado. Se trata de defender la democracia, la Constitución y, en último término, la España de ciudadanos libre e iguales. 

No se necesita un golpe de Estado militar o violento para convertir nuestros sistemas en una mera formalidad democrática. Por eso, llamamos a la sociedad civil y a los partidos comprometidos con el orden constitucional y la soberanía indivisible de la Nación a unirnos activamente para conjurar ese peligro y detener el deterioro de nuestra democracia, el desprecio a nuestra Constitución y el riesgo de una España balcanizada y disminuida.

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Autor

David Lozano

Voluntarioso contador de hechos. Frases verdaderas contadas con palabra.

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