DINAMITADA LA DEFENSA DE LA EXRESPONSABLE DE ADIF

Koldo grabó el ‘enchufe’ de Jésica: la conversación que condena a Pardo de Vera

El exasesor de Ábalos registró la maniobra que propició la contratación de Jésica Rodríguez y complica la situación judicial de Isabel Pardo de Vera

Koldo, Jesica y Pardo de Vera
Koldo, Jesica y Pardo de Vera. PD

El verano político en España ha arrancado con un nuevo escándalo que sacude los cimientos del poder. Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, grabó una conversación clave con Isabel Pardo de Vera, expresidenta de Adif, que se ha convertido en el epicentro judicial y mediático del denominado caso Koldo.

En esa charla, capturada con una grabadora digital incautada por la Guardia Civil, se revela el embrión de la contratación de Jésica Rodríguez, expareja del exministro Ábalos, en empresas públicas como Ineco y Tragsatec.

La jugada, lejos de ser una anécdota, amenaza con sentenciar a Pardo de Vera ante la Audiencia Nacional y alimenta las sospechas sobre las prácticas clientelares en la administración pública española.

La escena podría pertenecer a una novela política, pero es rigurosamente real: “A ver mira, te mandé, bueno, lo de la chica sí, que la ponga seis meses, que es en febrero y ya está”, solicita Koldo en el audio. Y añade con tono despreocupado: “Llama a Ineco y que la coja, total, para lo que va a durar…”. La respuesta de Pardo de Vera tampoco deja lugar a dudas sobre su conocimiento del encargo: “Sí, ya lo estoy haciendo, y ella ya lo sabe”. Para rematar el sainete, Koldo hace referencia a los emolumentos: “Mil euros, mil cincuenta euros”, dejando claro hasta el detalle del salario pactado.

Una cadena de favores y mensajes comprometedores

El contenido de las grabaciones no solo documenta cómo se gestó el fichaje exprés de Jésica Rodríguez. También destapa una trama donde las recomendaciones personales y los favores eran moneda común. El propio Koldo no duda en pedir otros “recados” a Pardo de Vera durante la conversación: desde mover a Jesica entre empresas hasta facilitar entrevistas para allegados de otros altos cargos ministeriales. Como si gestionar nombramientos fuese cuestión de un par de llamadas y algo de buena voluntad.

La investigación ha sacado a la luz mensajes internos y conversaciones en las que se aprecia cómo Adif preparó el terreno para el fichaje meses antes del contrato formal. La Unidad Central Operativa (UCO) concluye que Ábalos utilizó su influencia sobre Koldo y Pardo de Vera para colocar a Jesica en dos empresas públicas diferentes, sin mayor justificación profesional aparente. De hecho, informes posteriores señalan que durante buena parte del tiempo contratado no consta actividad laboral alguna por parte de Jésica Rodríguez.

Entre los detalles más surrealistas del caso destaca el envío por parte de Koldo a Pardo de Vera de una foto íntima de Jesica —en camisón— para agilizar su entrevista en Ineco. Una imagen poco habitual en los procesos selectivos públicos pero aparentemente eficaz a juzgar por los resultados: “Está todo confirmado, ¿ok?”, respondió finalmente Pardo de Vera tras varias horas gestionando la cita.

La justicia apunta alto: indicios sólidos contra Pardo de Vera

Con estos mimbres, no es extraño que tanto la Fiscalía Anticorrupción como el Tribunal Supremo vean “indicios bastantes” para imputar a Isabel Pardo de Vera por su “decisiva participación” en una contratación “aparentemente irregular”. El auto remitido por el Supremo a la Audiencia Nacional destaca como especialmente reveladoras las comunicaciones entre Koldo y Pardo de Vera; unas pruebas que desmontan cualquier intento anterior por desvincularse del proceso o minimizar su papel.

La situación judicial se complica además porque los investigadores consideran probado que el puesto asignado a Jésica estaba reservado para ella desde el principio. La entrevista fue un mero trámite y su paso por Ineco (marzo 2019-marzo 2021) estuvo seguida por otra recolocación exprés en Tragsatec, también bajo el paraguas protector del círculo Ábalos-Pardo-Koldo.

En esta nueva fase procesal están citados como investigados no solo la expresidenta de Adif sino también varios altos cargos administrativos implicados en los movimientos contractuales. Si alguien tenía dudas sobre si las redes clientelares seguían vivas en algunas estructuras públicas españolas, este caso parece despejarlas con creces.

Más allá del escándalo: repercusiones políticas y sociales

Este episodio llega en un contexto marcado por el desgaste institucional y la desconfianza ciudadana hacia las élites políticas. El caso Koldo añade nuevos argumentos a quienes denuncian la falta de meritocracia y transparencia en algunos ámbitos públicos. Además, reabre viejas heridas dentro del propio PSOE y amenaza con salpicar más allá del círculo inmediato del exministro Ábalos.

El relato destila un aire tragicómico: desde los detalles logísticos (“que le pongas seis meses”, “cámbiala ya”) hasta las confesiones privadas (“la cabrona esa”, llegó a decir Pardo refiriéndose a Jesica), pasando por gestiones propias del mejor secretario personal (“vamos a las 16:50; por favor avisa”). Todo ello mientras Koldo acumulaba horas y horas grabadas —más de doce horas solo en uno de los archivos incautados— como si previera que algún día necesitaría tener bien atadas sus espaldas ante eventuales traiciones o investigaciones judiciales.

Curiosidades y datos llamativos

  • El archivo clave fue grabado con una sencilla grabadora Philips incautada tras un registro domiciliario. Su duración exacta: 12 horas, 25 minutos y 39 segundos.
  • Según consta en sumario judiciales recientes, parte del material era conservado por Koldo como “seguro” frente a posibles caídas políticas o policiales.
  • La fotografía enviada a Pardo mostraba a Jesica Rodríguez sonriente en lencería burdeos; todo un ejemplo gráfico —y literal— del uso particularista del poder.
  • Las comunicaciones entre los implicados sugieren que este tipo de maniobras eran habituales (“si va a durar poco… tranquila”), dando cuenta del clima reinante en ciertos círculos ministeriales.
  • El caso sigue sumando citaciones judiciales: altos cargos como Ignacio Zaldívar (Adif) o directivos administrativos están llamados a declarar próximamente.

En definitiva, un episodio más —aunque especialmente jugoso— en esa larga novela negra sobre enchufes y favores que tan bien conoce (y tan poco sorprende ya) al público español.

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