Finalizó con la quema de fotos del Rey y del juez Pablo Llarena
No se esperaron ni una hora a que su adorado Quim Torra vomitara hasta la primera papilla para lanzarse a la calle, antorcha en mano y con más que aviesas intenciones. (El escupitajo de Torra a la cara de Sánchez llamando a la sublevación: «El referéndum ya se ha hecho»).
Al más puro estilo de la Alemania nazi, y con el lema una marcha ‘por la república y la libertad’, con niños a la cabeza estelada en ristre, corearon consignas por la libertad de los líderes golpistas y finalizó con la quema de fotos del Rey y del juez Pablo Llarena
Las juventudes del barrio (nótese la ironía) marchan con antorchas por la ciudad catalana de Terrassa durante la «marcha de las antorchas» convocada por la organización sionista ‘Òmnium Cultural’. pic.twitter.com/QUtoW8bUix
— PdePolítica (@PdPolitica) 5 de septiembre de 2018
Según se hace eco ‘OkDiario’, el desfile por el centro de la ciudad que reunió a cerca de 5.000 tarrasenses según los organizadores. Un acto en principio concebido como homenaje a los vecinos de la villa «asesinados por las tropas borbónicas de Felipe V en 1713″, pero que al que el independentismo confirió un mayor grado de reivindicación: la de los plenos golpistas en el parlamento de Cataluña del pasado 6 y 7 de septiembre que abrieron la puerta al 1-O y a la fugaz declaración de independencia del 27-O.
La marcha contó con pregoneros de excepción: la mujer del encarcelado Josep Rull, Meritxell Lluís, y la hija del prófugo Lluís Puig, Alba Puig. Se dirigieron a los manifestantes con esta advertencia:
«El Estado nos prohíbe votar con argumentaciones autoritarias, pero no cejaremos».