Los gallegos llevan en volandas a Núñez Feijóo hacia su cuarta mayoría absoluta consecutiva

Podemos se hunde en Galicia y País Vasco y arrastra al PSOE, lastrado por el chalet y las trapacerías de Pablo Iglesias

El BNG se quedaría muy cerca de superar al PSOE en las elecciones autonómicas gallegas del próximo 12 de julio

Podemos se hunde en Galicia y País Vasco y arrastra al PSOE, lastrado por el chalet y las trapacerías de Pablo Iglesias
Sánchez (PSOE), Iglesias (PODEMO=S) y Núñez Feijóo (PP) PD

No tiene rival. Alberto Núñez Feijóo se dirige hacia su mayoría absoluta más contundente desde que llegó al poder en la Xunta de Galicia en 2009.

A una semana de las elecciones autonómicas gallegas, según el último barómetro de GAD3 que este 5 de julio de 2020 publica ABC, la victoria del líder popular parece incontestable.

La campaña electoral está confirmando la fortaleza de Feijóo, que salió de los meses más duros de la crisis del coronavirus con una valoración alta por su gestión, reconocida incluso desde La Moncloa por Fernando Simón.

La victoria rotunda de Feijóo sería, al mismo tiempo, el fracaso redondo del PSOE y en concreto de su líder, Pedro Sánchez, quien suspende con claridad en el primer examen al que se somete después de la gestión del coronavirus.

La distancia del PP respecto a todos los demás partidos es abismal en Galicia.

Por eso, el principal mensaje que están lanzando los populares se centra en una apelación constante a la participación.

La encuesta que hoy publica ABC confirma la nueva mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo y el revés al Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez.

Los índices de abstención superarán el 40 por ciento. En condiciones normales, la última semana de campaña electoral podría alterar esta previsible baja participación, pero la anormalidad impuesta por las restricciones del Covid-19 no permite asegurar que vaya a haber movilización de última hora.

Los socialistas pinchan en n Galicia, donde sólo suman solo dos escaños, pasando de catorce a dieciséis, pese a la caída en picado de Galicia en Común y de En Marea, que pierden doce actas.

Es un balance muy adverso para un Gobierno que se presenta como el mejor gestor de todos los posibles en la crisis del Covid-19.

Por el contrario, la arrolladora victoria de Alberto Núñez Feijóo sería la del Partido Popular, el principal partido de la oposición, contra el que los socialistas están desatando una campaña de descalificación continua, sin reparar en la verdad o la mentira de sus argumentos.

Es posible que los socialistas pretendan minimizar su derrota dándola por descontada y confiando en los tres años de legislatura que les quedan por delante, pero ese argumento no será suficiente para tapar el fracaso de Sánchez, que ayer mismo quiso celebrar su victoria sobre el Covid-19 mientras cerraban toda una comarca leridana, en su primer envite electoral tras el estado de alarma.

El PNV se mantiene

En el País Vasco, pese a todas las adversidades, Iñigo Urkullu, candidato a la reelección por el PNV, crece en una campaña atípica, hipotensa, en la que apenas hay ambiente electoral y donde la gran incógnita se oculta tras la participación.

Urkullu puede ganar cuatro o cinco escaños, pero no llega a la mayoría absoluta, aunque se acerca en buena medida por recibir votos no nacionalistas que han terminado por ver al PNV como un mal menor frente a la izquierda abertzale y populista.

Los partidos de izquierda -PSE, EH Bildu y Podemos- tampoco llegarían a los 38 escaños para plantearse una alternativa radical al PNV.

La reedición del acuerdo entre nacionalistas y socialistas es la opción más probable, aunque con un PNV más fuerte, que supera el 40 por ciento de los votos y que gana en las tres provincias vascas. Es significativo que también en el País Vasco los socialistas y sus socios de Podemos pierdan dos escaños, reproduciendo la imagen de derrota que se prevé para ellos en Galicia.

Pablo Iglesias es el que sale peor parado ante las elecciones del 12-J. Su entrada en La Moncloa no tiene ningún efecto entre los votantes, al contrario.

Los vascos castigarían a Podemos con una pérdida considerable en la Cámara de Vitoria.

Su irrupción en 2016 fue con 11 escaños y ahora obtendría entre 7-8, empatando de farolillo rojo con la coalición de PP+Cs.

El 12-J puede ser un mal día para Pedro Sánchez.

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