Son Roca, uno de los barrios más desfavorecidos de Palma se convirtió este pasado martes en el centro de la actualidad informativa. El motivo, la visita que realizaron los Reyes y sus hijas para conocer de cerca el proyecto socioeducativo Naüm y la labor que realiza para promover la inclusión social.
A mediodía, Felipe VI, Doña Letizia y sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, llegaban a Son Roca donde un grupo de vecinos les recibió entre vítores, aplausos y banderas. Al llegar al centro educativo, Felipe VI y la çprincesa Leonor subieron a las aulas por la escalera, mientras que Doña Letizia y la Infanta Sofía lo hicieron por el ascensor, ya que la hija menor de los Reyes todavía camina ayudada por un muleta a causa de la herida que se produjo en la rodilla el pasado domingo.
Los Reyes y sus hijas visitaron algunas de las aulas y se interesaron por el desarrollo de las actividades hablando con los jóvenes y los niños que acuden a Naüm. En todo momento se mostraron cercanos, preguntando el nombre de sus interlocutores y escuchando las explicaciones de usuarios y trabajadores. Se pudo ver a la Reina y al Rey prestando especial atención a las palabras del pequeño Juan Diego que les mostraba uno de sus dibujos.
La Familia Real atendió a las explicaciones de los jóvenes que se forman como fontaneros gracias a este proyecto y también departieron con un grupo de niños de entre ocho y diez años que acuden a la escuela de verano del centro y con algunos de los chicos que trabajan como voluntarios. Los instantes en que los Reyes y sus hijas charlaron con los jóvenes y niños dejaron momentos fuera del protocolo.
Y es que Casa Real decidió no ‘filtrar’ lo que los chavales querían preguntarle a la Familia Real, algo que no ha sentado bien sobre todo a Doña Letizia, tal y como aseguran a Periodista Digital fuentes próximas a Zarzuela. Juanma Díaz, de quince años, abría la ronda de preguntas interrogando al Rey sobre su altura. “¿Cuánto mide?, decía el adolescente a Don Felipe.
Pero el momento más inoportuno y delicado llegaba cuando la inocencia infantil de una niña, Peinda Sibide, hacía pasar un mal momento a la comitiva real y sobre todo a Doña Letizia.
La pequeña se dirigía directamente a la heredera de la Corona, la Princesa Leonor para preguntarle qué quería ser de mayor. Con cara de sorpresa y algo apurada, su madre, la Reina Letizia, intervenía rápidamente para zanjar la pregunta y no dejaba contestar a la Princesa: «Lo que tiene que, no lo que quiere», decía Letizia para evitar males mayores.
El posterior enfado de la Reina fue ya inevitable.