El líder de Podemos quería aparecer en la foto como uno de los 'controladores' del Estado de Alarma

Pedro Sánchez corre a gorrazos a Pablo Iglesias en la batalla por las medidas económicas del coronavirus

Iglesias y los podemitas pretenden aumentar exponencialmente el gasto público al amparo del estado de alarma

Pedro Sánchez corre a gorrazos a Pablo Iglesias en la batalla por las medidas económicas del coronavirus
Pablo Iglesias y el coronavirus. PD

Se las ha llevado por todos lados Pablo Iglesias, pero ha logrado estirar la pelea más de seis y que Pedro Sánchez no pudiera aparecer en televisión hasta las 9 d ela noche del sábado 14 de marzo de 2020, cuando estaba previsto que lo hciera coincidiendo con los telediarios del mediodía.

Se la jugó Iglesias, saltándose la cuarentena y presentándose sin mascarilla ni nada en La Moncloa, pero no le ha salido bien.

Tras un duro e intenso forcejeo, primero con la ministra Nadia Calviño y al final con Pedro Sánchez, se la ha tenido que tragar entera.

La intención de la facción de los podemitas del Ejecutivo era y sigue siendo aprovechar la crisis del coronavirus para elaborar unos presupuestos más «expansivos», que aumenten exponencialmente el gasto público, descontando que Bruselas pueda flexibilizar las exigencias del déficit.

La jugada es ambiciosa, porque dejaría al PSOE como ‘penitente’ en esta crisis y Podemos podría vender a su parroquia que ha logrado miles de millones para  «ayudas para el pago de las hipotecas y los alquileres»; «de atención a los ancianos» , «suministros básicos en todos los hogares» y ayudar al obrero.

TODO PARA EL PSOE

Otro de los motivos de la patética pelea con Podemos en la reunión de Moncloa, ha sido que todo queda en manos del PSOE.

El real decreto del estado de alarma que ha aprobado este sábado el Gobierno establece que son los ministros de Defensa (Margarita Robles), Interior (Fernando Grande-Marlaska), Transportes (José Luis Ábalos) y Sanidad (Salvador Illa) tendrán competencias para actuar y dictar órdenes en todo el país frente a la pandemia de coronavirus bajo la dirección del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el tiempo que se prolongue el estado de alarma, en principio durante los próximos 15 días, prorrogables si así lo autoriza el Congreso de los Diputados.

La necesidad de asumir medidas de emergencia económica ha dinamitado la tranquilidad que, aún con algunos sobresaltos, había presidido hasta ahora la coalición de Gobierno. Las diferencias se han producido en puntos clave para los sectores más vulnerables, relativas por ejemplo a la posibilidad de reconocer condiciones especiales a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que las empresas declaren como consecuencia de la emergencia sanitaria. A este respecto, Sánchez se limitó a recordar que su intención es «flexibilizar» este mecanismo mientras dure la emergencia.

 INVERSION PÚBLICA

A grandes rasgos, la cantidad de inversión pública a dedicar para paliar los efectos de la crisis que viene ha sido el detonante del choque. Y ese choque no se circunscribe a las fronteras de los partidos, aunque tres de las ministras más reacias al aumento del gasto fueron socialistas, entre ellas la vicepresidenta Carmen Calvo y las titulares de Economía y Hacienda, Nadia Calviño y María Jesús Montero.

Frente a este sector, el vicepresidente segundo Pablo Iglesias o la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz -ambos de Unidas Podemos- fueron los más proclives a fuertes estímulos públicos. No obstante, ciertos ministros del PSOE como el de Transportes, José Luis Ábalos, o el de Seguridad Social, José Luis Escrivá (este último señalado habitualmente como uno de los guardianes de la ortodoxia económica del Ejecutivo) se habrían puesto del lado de Iglesias o Díaz.

Sea como fuere, Sánchez avisó tras el Consejo de Ministros de que «el impacto económico y social va a ser de envergadura», y prometió acudir «en los próximos días» al Congreso de los Diputados a rendir cuentas de las medidas que se adopten. El presidente no adelantó en qué pueden consistir estas medidas, y se limitó a prometer «trabajadores, autónomos y empresarios que el Gobierno de España va a hacer todo lo que esté en su mano para amortiguar los efectos sociales y económicos» de la crisis del coronavirus.

En un momento tan delicado, Sánchez esquivó las preguntas sobre las discrepancias sostenidas entre algunos de sus ministros durante la intensa jornada del sábado. «Hemos tenido muchas horas» de un «debate» que fue «intenso», planteó el presidente del Gobierno, que no obstante aseguró que «todos y cada uno de los miembros del Gobierno hemos estado aportando para hacer el mejor decreto».

 

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