Ya lo dice el clásico, que donde no hay mata no crece patata.
El aserto se cumple a la perfección en el caso de la ministra Ione Belarra, responsable de Derechos Sociales y Agenda 2030, que en cuanto abre la boca es para crear un incendio.
Y desde luego en la formación de Santiago Abascal no van a permitir que esta titular del gabinete de Pedro Sánchez, previa designación de Pablo Iglesias, pueda soltar ciertos exabruptos y que encima le salgan gratis.
Belarra, en la excitación de un mitin electoral de cara al 4-M en Madrid llegó a calificar a VOX de «nazis a cara descubierta».
Tiempo ha tenido la ministra para pedir perdón y rectificar. Pero eso no parece estar en el ideario de los podemitas.
Por esa razón, los servicios jurídicos de VOX han presentado una querella ante el Tribunal Supremo contra la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 por delito de odio, contemplado en el artículo 510 del Código Penal.
La vicesecretaria jurídica de la formación de Santiago Abascal, Marta Castro, explica que:
En la querella que la expresión utilizada por Belarra es fruto de un discurso articulado, premeditado e intencionado, que afecta al propio partido, a los dirigentes, candidatos, afiliados e incluso simpatizantes y votantes.
Insiste Castro en que:
La adjetivación como nazis, como muestra de los más horrendos crímenes perpetrados contra el ser humano, pretende que todos los oyentes a los que van dirigidos equiparen a VOX con estas actuaciones que han recibido por parte de toda la comunidad su más enérgica condena.
Para la responsable jurídica de VOX, no cabe duda de que la ministra Belarra actuó de manera deliberada a la hora de atacar a su formación:
La voluntad de Belarra es deliberada y tiene como objetivo causar perjuicio a la formación, y a todas las personas que representan, o que públicamente se sienten identificados con VOX.
Para Castro es muy grave este tipo de insultos hacia VOX, sobre todo porque generan una honda alarma social:
Se debe tener una especial atención, ya que la sociedad muestra una honda preocupación y cualquier manifestación descontextualizada genera una evidente y justificada alarma social.
UNA POLÍTICA CUYO MÉRITO ES HABER PELOTEADO A IGLESIAS Y MONTERO
Ione Belarra es de las que se puede considerar toda una ‘pata negra’ en Unidas Podemos.
Desde el principio tuvo una carrera meteórica en el partido: primero en cargos orgánicos del partido hasta que la convirtieron en portavoz adjunta en el Congreso de los Diputados, de modo que pudo ‘lucirse’ mientras duraba la baja maternal de la podemita Irene Montero.
Después, con la entrada en el poder, la colocaron en la secretaría de Estado de Agenda 2030, con total seguridad, la que no tiene ningún tipo de tarea que hacer más que reunirse con colectivos y charlar de nimiedades.
Tras la fuga de Pablo Iglesias del Gobierno, Belarra pasó a asumir su cartera ministerial.
¿Y cuál es el mérito de Belarra para llegar tan alto? Pues que es amiguísima de Iglesias y Montero, los traga -o simula muy bien que los traga- y ellos a ella. Porque de currículum, la pamplonica, va bastante justa, como su amiga Montero.
La podemita llegó a ser patinadora de velocidad profesional, y el resto lo forman una beca de formación en el Ministerio de Educación de José Ignacio Wert (PP), un contrato predoctoral y una breve experiencia laboral en Cruz Roja y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
