MADRID, 25 (OTR/PRESS)
En el PP nadie cuestiona en público a su presidente y candidato a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, salvo aquellos que lo hacen con palabras medidas y sutiles. En privado, en cambio, ya hay dirigentes que se cortan menos. Como sostiene el diario El País, lo que más preocupa en las filas populares es la imagen de un presidente chantajeado por su tesorero, Luis Bárcenas, a quien ya respaldan muy pocos -Alvarez Cascos y Ana Mato- y a quien alguno -José Luis Baltar- ya le ha dicho públicamente que es mejor que se vaya para su casa. A veces ya no se trata de lo qué dicen en el PP, sino de cómo aplauden y de qué cosas aplauden. Esta misma semana se produjo en la ciudad natal de Rajoy -Santiago de Compostela- un cerrado aplauso de los que no se olvidan. Sucedió en la Fundación Agora, vinculada al PP, cuando una chica tan joven como preparada le preguntó con ilusión a Rodrigo Rato cuándo será candidato a la Presidencia del Gobierno. Su pregunta y la reacción del público son datos más que reveladores de cómo está el patio.
Tiene su lógica que, en circunstancias tan especiales, haya gente en el Partido Popular que se plantee un plan B, máxime cuando el PP puede tener todas las de ganar si el socialista Rodríguez Zapatero no se hace con las riendas de la crisis económica. Un valor emergente es Alberto Núñez Feijóo. El joven presidente gallego ganó en marzo unas elecciones con mayoría absoluta a la primera de cambio, estando en la Oposición, y devolvió el ánimo al PP en toda España, donde Mariano Rajoy se benefició del éxito de su paisano, extrapolando su eco a las europeas de junio. Frente a Rajoy, el ahora presidente Feijóo también destaca por tomar medidas en menos que canta un gallo, como demostró en el caso del economista Luis Carrera, al que había fichado como número uno por la provincia de Ourense y que tuvo problemas con Hacienda.
El presidente Feijóo está construyendo el perfil del líder que quiere tener la derecha en España: joven, liberal, antinacionalista, defensor del castellano, agradable y, a su manera, moderno. Posiblemente no hay nadie mejor que él en el PP para derrotar a Zapatero. Otros posibles sucesores de Rajoy están medio de vuelta (Javier Arenas), carecen de suficiente carisma (María Dolores Cospedal), pertenecen al pasado (José María Aznar), están retirados (Rodrigo Rato), están debilitados por enfrentamientos personales dentro del partido (Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre) o están bajo el foco de la justicia (Francisco Camps). Es más, aunque Rajoy aguante el tirón del caso Gürtel y siga devorando el paso del tiempo -sin duda, su principal especialidad-, Feijóo puede ser su mejor aliado: está bien valorado en las encuestas, donde supera incluso al presidente Zapatero, no tiene prisa y carece de enemigos declarados en su partido
