MADRID, 23 (OTR/PRESS)
La polémica ocasionada por la cacería real en Bostwana y las diarias malas noticias económicas han hecho que pasara a un segundo plano el hecho de que el pasado día 20 se cumplieran seis meses desde que la banda terrorista ETA anunciara con ese lenguaje diabólico propio de los terroristas, el «cese definitivo de la actividad armada». La sociedad española en general, y la vasca en particular, recibió aquel 20 de octubre con alivio la noticia facilitada por tres encapuchados tocados por una boina -¡menudo akelarre!- que no volverían a matar. Pero al mismo tiempo, se ha ido abriendo paso en este periodo una cierta inquietud por el hecho cierto de que la banda terrorista ni se ha disuelto ni ha entregado las armas. Y esta debe de ser, sin ningún género de duda, la exigencia a ETA por parte de nuestro Estado de Derecho, dejando claro que a cambio de ello no habrá ninguna concesión de ningún tipo.
Que ETA no mate es una buena noticia, fundamentalmente para sus potenciales objetivos. Pero no lo es tanto el que políticamente, la banda esté mas fuerte que nunca. En las elecciones municipales y forales del pasado mes de mayo, la coalición Bildu consiguió gobernar en muchos Ayuntamientos del País Vasco y de Navarra, entre ellos, el de San Sebastián o la Diputación Foral de Guipúzcoa. En las elecciones generales del 20-N, Amaiur fue la fuerza política que mas escaños obtuvo, siete, en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca y de Navarra, por delante del PNV.
Dentro de once meses, si el lehendakari López no las adelanta, habrá unas elecciones autonómicas muy importantes en el País Vasco. A día de hoy, todas las encuestas predicen una lucha muy cerrada entre el PNV y la marca con la que ETA se presente a dichas elecciones por el sillón del Palacio de Ajuria-Enea. En estos momentos, el objetivo principal de ETA es conseguir el poder en el País Vasco y desde esa posición de fuerza plantear un proyecto de ruptura con España. ¿Tienen el Estado y el Gobierno de la Nación resortes necesarios para hacer frente al desafío independentistas que se atisba en el horizonte caso de que ETA llegue al poder?
Algunos pensarán que este es un análisis excesivamente pesimista. Que el sólo hecho de que ETA no mate, ya es en sí una muy buena noticia. He de decir que estoy solo en parte de acuerdo con los que piensen eso, porque la otra parte es considerar que a día de hoy, la banda terrorista está mas cerca de conseguir aquellos objetivos por los que ha asesinado a lo largo de estos últimos cincuenta años a 858 personas y que no son otros que la independencia del País Vasco y la imposición de su proyecto político totalitario en una parte de eso que ellos tanto odian y que se llama España.
