LOS RETABLOS Y LAS TALLAS, INCLUIDA LA VIRGEN NEGRA, COMPAÑERA DE LA DE EUNATE, FUERON QUEMADOS PARA CALENTARSE Y COCINAR EL RANCHO DE LA TROPA

En el Día del Apóstol, una etapa del Camino de Santiago, Puente la Reina

En el Día del Apóstol, una etapa del Camino de Santiago, Puente la Reina

La torre de la iglesia románica de Santiago se divisaba a lo lejos, por encima de los edificios de Puente la Reina. Había reservado habitaciones en el Hotel Jakue. Al llegar, como de costumbre, me ocupé de registrar al grupo, y uno a uno fueron sellando las credenciales.

A Esteban y a Catalina les había preparado una sorpresa: para ellos había pedido la casita del árbol. Esteban siempre se portaba muy bien con nosotros cuando íbamos a Hawái. La casita del árbol es la única habitación del hotel con estas características: toda de madera y construida sobre un árbol de plátano a la que se accede a través de una larga escalera, también de madera. Una ventana abierta al cielo y un telescopio para ver las estrellas completan la originalidad.

A pesar de estar prácticamente al completo, Virginia y Enrique habían encontrado cama en el albergue.

Llegamos tan cansados que decidimos dedicar el día siguiente a descansar. Estaba convencida de que Sergio había caminado por mí. Era muy delicado conmigo y evitaba desairarlo, pero tampoco quería confundirle y que interpretase mi buena disposición como un indicio de que la situación podía cambiar. No había retorno; de eso estaba segura. Pero según pasaban los días, iba aprendiendo a llevar mi nueva situación sin sufrir. El Camino me estaba ayudando.

Salí temprano a hacer fotografías y vídeo. Los ábsides de las iglesias siempre hay que fotografiarlos en las primeras horas de la mañana, y las portadas por la tarde.

Puente la Reina es punto de confluencia de los dos caminos, Roncesvalles y Somport, y así lo rememora el monumento al peregrino, representado por un hombre barbado con la indumentaria clásica. Es lugar de abrazos, según marca la tradición. La historia rezuma de cada edificio, de cada rincón. Todo está remozado con piedra marrón y hierro forjado.

La calle Mayor es la propia Ruta Jacobea en cuyas orillas se fue levantando la villa que ya existía en 1085 con el nombre de Murugaren o Villa Vétula, según consta en el Libro Becerro de Leyre, y llegó a ser uno de los lugares mejor fortificados de Navarra.

Puente la Reina fue enclave templario. Al otro lado del puente, de siete arcos de luz, mandado construir por Doña Mayor, la orden edificó un hospital de peregrinos y la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos. El nombre no viene dado por ser un lugar de huertos, sino con el ánimo de fundir el arquetipo de la Virgen con la Mater agrícola fecunda, simbolizada en las vírgenes negras. Así era la imagen primitiva de Eunate, y otras del Camino. Más tarde, cuando la orden de los templarios fue disuelta y sus propiedades transferidas a los sanjuanistas del reino, la iglesia pasó a llamarse del Crucifijo, denominación que llega hasta nuestros días.

El templo, del siglo XIII con reminiscencias anteriores, acoge una talla de un Cristo renano en una cruz en forma de «Y», como los que encontramos en algunas iglesias alemanas, un auténtico misterio que los expertos en simbolismo interpretan como una pata de oca, uno de los símbolos de los maestros compañeriles de los templos de la Ruta Jacobea. Es la única imagen que sobrevivió al saqueo de los franceses.

—Este es el famoso Cristo de la pata de oca —comentó Virginia—, similar al que vimos en Aquisgrán.

—Pero eso es una teoría pagana —dijo María algo enfadada—. Y una bobada. Sois muy repetitivos. Siempre estáis con lo mismo. No creéis en lo que dice la Iglesia y, en cambio, os agarráis a teorías mucho más indemostrables. Eso de la oca me parece una gran tontería, un cuento para niños.

María estaba verdaderamente enfadada. Aunque siempre aprovechaba para dar su pincelada ortodoxa, nunca se había mostrado tan contrariada conmigo. Eran demasiados días escuchando interpretaciones de algunas ideas que ella consideraba inspiradas directamente por Dios, pero me sorprendió y, no sé si para chincharla un poco más, le dije:

—Pues tu apellido Montesdeoca está muy relacionado con los cultos mistéricos anteriores al cristianismo. Todo lo que lleva el nombre «oca» o su similar «oza» alude a enclaves relacionados con la sabiduría, quiero decir, con la sabiduría universal que es superior a cualquier religión.

Después me arrepentí y le dije cuánto sentía que se ofendiese, pero que debíamos ser tolerantes y no oponernos al conocimiento. Acabé dándole dos besos y diciéndole que por encima de cualquier religión o ideología estaban el amor y las buenas obras. Y nosotras nos queríamos.

La Desamortización de Mendizábal también hizo estragos en Puente la Reina. El Convento de los Trinitarios, de origen renacentista y fachada neoclásica, fue convertido en cárcel, y la iglesia en almacén de pólvora. Los retablos y las tallas, incluida la virgen negra, compañera de la de Eunate, fueron quemados para calentarse y cocinar el rancho de la tropa.

El emblemático puente de siete ojos fue construido en el siglo xi. Tenía tres torres, lo cual da una idea de la importancia del lugar. En la actualidad aún existe una de ellas, con una puerta de arco apuntado, donde estaba situado el portazgo, un canon que se cobraba a los viandantes.

Cuenta la leyenda del «txori» que en la torre central había una capillita con una imagen de la Virgen del Puy, a la que un pajarillo le quitaba las telarañas de la cara, llevando agua del río Arga en el pico y sacudiendo las alas. Dicen que cuando el pájaro migratorio llegaba, se celebraban grandes fiestas.

Mientras tomábamos un café, aproveché para subir al blog unas fotos de la iglesia de Santiago y el siguiente post:

El templo es del siglo XII; tiene una espléndida portada de influencia morisca y esculturas muy desgastadas por la erosión. En su interior acoge tallas policromadas del Apóstol y San Bartolomé.

En el Códice Calixtino, vascos y navarros no quedan muy bien parados. No es de extrañar que el cronista de Felipe II, Ambrosio de Morales, al leerlo considerase que no deberían tenerlo en tanto honor en Santiago. En cuanto a la manera de vestir, los describe así: «Los navarros y los vascos son muy semejantes en cuanto a comidas, trajes y lengua, pero los vascos son algo más blancos de rostro que los navarros. Estos se visten con paños negros y cortos hasta las rodillas solamente, a la manera de los escoceses, y usan un calzado que llaman albarcas, hechas de cuero con pelo, sin curtir, atadas al pie con correas, que solo resguardan la planta del pie, dejando desnudo el resto. Gastan unos capotes de lana negra, largos hasta los codos y orlados a la manera de una paenula que llaman saya». La paenula era una especie de capote de viaje, largo hasta las rodillas, cerrado y sin mangas, con un agujero para la cabeza y un capuchón.

La descripción debe ser bastante aproximada, como se puede comprobar por las ilustraciones de trajes regionales medievales. Lo que ya no es tan creíble en el Pseudo Turpin es lo que cuenta del puente y del río Arga, llamado río Salado, del que se decía que estaba envenenado. Así lo escribió Aymeric Picaud: «Cuando íbamos a Santiago, encontramos en su orilla a dos navarros afilando sus navajas, según costumbre, para degollar las bestias de los peregrinos que beben aquella agua y mueren, los cuales a nuestras preguntas dijeron, mintiendo, que era sana para beber; dimos de beber de ella a nuestros caballos y al instante, murieron dos, y en el mismo lugar los desollaron».

Está claro que el Obispo de Vézelay quería dejar constancia de que los españoles eran unos salvajes y que la parte francesa del Camino era mucho más civilizada.

Después de terminar con la visita a los monumentos, pensábamos cenar y acostarnos. La etapa del día siguiente era de veintitantos kilómetros. Antes de salir hacia Estella, Sergio y los chicos debían volver a Pamplona a recoger los coches. (De El Códice de Clara Rosenberg, Magdalena del Amo, La Regla de Oro Ediciones, Madrid, 2016)

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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