El hablar de pocilgas no cabe,
Pues los políticos no son cerdos;
Pero sí de escuelas para lerdos,
Que aprendan a entenderse … Se sabe
De más que en esto no andan muy cuerdos;
El espectáculo que han dado
En estas últimas elecciones,
Tras recorrer todos los rincones
De la historia, otro no he hallado
Tan bochornoso … ¡Manda cojones!;
Si a la pocilga damos de largo,
De la escuela también sus goces:
De una los gritos, de otra las voces,
Si les damos un breve letargo,
Del establo resuenan las coces;
Con lo cual, da lo mismo el precio
Que se paga: el de “estoy que muerdo”,
El de “con estos tipos me pierdo”,
El de quien de tan listo es necio,
O en lo que todos de acuerdo
Estamos: sin querer hacer daño
A nadie, ni Derecha ni Izquierdo,
Teniendo, si no de la y del cerdo,
Como es inmenso el rebaño,
Sí de la burra y el asno … ¡un recuerdo!;
En tanto nosotros al susurro
De su suerte, porque su pesebre
Siga a tope y no se quiebre,
Que no dar palo al agua es curro
Que dura y no cura … ¡santa fiebre!.