Uno se devana los sesos para encontrar algo sobre lo que hablar o hacer un chiste cuando no tiene más que leer la prensa, en especial la que viene de ese laboratorio de frikis progresistas que es Cataluña. Unas feministas distribuyen un mapa para mear. ¿Será por influencia de Maruja Torres?
Abre uno el ordenador, se da un paseo por internet y se encuentra el surrealismo hecho cotidianeidad y la guarrería ascendida a reivincidación política:
Un colectivo de Barcelona reclama el derecho a orinar libremente en la calle. Lo hace por dos razones: como «lucha feminista de género» y como protesta por la «inmundicia de los poquísimos y remotos lavabos públicos que hay en la ciudad». La campaña se hace llamar Pixing y va acompañada de un mapa con los espacios que sus impulsoras entienden que reúnen buenas condiciones para miccionar al aire libre.
¡Barcelona, la ciudad de los prodigios! Si las ordenanzas municipales permiten el nudismo y regulan los burdeles, ¿por qué no se va a repartir un mapa con localizaciones donde evacuar? En Madrid tienen un metro mucho más grande, un aeropuerto más bonito, una bolsa más importante, una administración más honrada, pero, ¿a que no tienen esto? ¡El caganet (o la caganet), nuevo símbolo mundial de Barcelona!
Estamos ante un ejemplo de lo que Freud llamaba añoranza del pene en las mujeres.
Propongo a estas progras-que-mean-en-la-calle-y-en-catalán un eslogan más pegadizo y más ajustado a la inteligencia de sus destinatarios:
Sé rebelde y mea en la calle. Esperanza Aguirre nunca lo haría.
Se puede sustituir Esperanza Aguirre por Ana Botella o Sarah Palin.
Ahora hay que reivindicar el derecho a rascarse la entrepierna en público ostensiblemente.
Comentario de un forero en Lavanguardia.es:
Este año estuve en un país escandinavo. En su capital no hay lavabos públicos, contenedores ni apenas papeleras por las calles. La gente guarda la basura en casa y sólo puede sacarla cuando pasa el camión. No había ni un papel en el suelo y ya no hablemos de meadas. Es una cuestión cultural, simplemente aquí hay mucho guarro. De casa se sale meado y cagado y los papeles se guardan en los bolsillos. Es así de fácil.
Menudo carca, como el titular de este blog.
¿Cómo va a haber novelistas con semejante realidad? Ya está todo dicho y hecho: hijos de papá franquista buscando huesos de rojos, vacas serruchadas como obras de arte, Bibianas como ministras, abduciones por extraterrestres, separatistas en Aragón, el aborto como progreso, ateos extasiados ante el islam…
Ante la recuperación de las conductas de la maldita Transición, cuando la mala educación era muestra de ser demócrata, recuperemos un pensamiento reaccionario, y como tal verdadero:
La mayoría de las nuevas costumbres actuales son viejos comportamientos que la civilización había púdicamente arrinconado en sus barrios bajos
(Nicolás Gómez-Dávila)
