Es la gran ocasión de oro para Pedro Sánchez.
Si es avispado, no puede desperdiciar la gran oportunidad de adelgazar su Gobierno.
Ahora que estamos metidos en enero y que es la época de perder esos kilos ganados durante la Navidad, el presidente tiene que acometer desde ya su particular operación biquini ministerial.
La principal moneda de curso legal de este gabinete sanchista es la de darle una capa de barniz a todas las chapuzas que perpetran.
Dicho de otro modo, se dedican a maquillar todas las decisiones que emanan del Consejo de Ministros.
Y ejemplos hay para frenar todos los trenes de la Renfe.
¿A Alberto Garzón se le ocurre disparar contra la carne española? Nada, enseguida el Ejecutivo buscará la fórmula para defender a la vez al sector cárnico y al ministro de Consumo.
¿A Irene Montero no le salen las cuentas y resulta que durante su mandato hay más agresiones sexuales a mujeres? Pues no se preocupen, el Gobierno prometerá más dotación económica para Igualdad, más ayudas para las víctimas en vez de invertir en perseguir a los trogloditas que pululan por nuestras calles.
¿Los jóvenes no se pueden emancipar? No hay problema, Sánchez se saca de la chistera un bono vivienda de 250 euros de ayuda al alquiler. Ya lo de facilitarles la incorporación al mercado laboral es harina de otro costal, pese a que somos uno de los países de la UE con mayor tasa de paro juvenil.
¿Se anuncia a bombo y platillo el final de las mascarillas para tener que recuperarlas en menos de medio año? Hay que darle la vuelta la argumento y ponerse en el papel de que somos un Gobierno responsable y que vela por la salud de los españoles.
Y en este caso, además, se puede tirar del llamado ‘comodín de la llamada’. O, lo que es lo mismo, culpar de todos los males a Isabel Díaz Ayuso.
¿Acusan a Sánchez de usar los aviones y helicópteros oficiales para ir a los mítines del PSOE o para darle el gusto a su mujer de ir a un bodorrio o a un concierto? Tampoco hay de qué alarmarse. Se antepone un acto oficial en la agenda, aunque sea la visita a una fábrica de supositorios. Y aquí paz y después gloria.
Así que, a coste cero, le doy al líder socialista la receta magistral, reduzca usted de 22 a 1 las carteras ministeriales.
Con una le basta, el Ministerio de Cosmética, el departamento ideal para maquillar todas sus atrocidades que implican un despilfarro a cuenta del sufrido ciudadano.
Y aún así, si le pregunto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sobre esta reducción de 22 a 1 solo ministerio, casi seguro que adivino su respuesta:
¡Poco me parece!
