Cuando en 1979 Moscú invadió Afganistán, tomó su capital en apenas unas horas, detuvieron al presidente del gobierno comunista afgano que había solicitado su ayuda, y lo ejecutaron. Sin embargo pronto se dieron cuenta los soviéticos que cuando se invade un país soberano, es más fácil entrar que salir.
Nueve años después, y tras pagar un alto precio en vidas y material, el ejército soviético abandonó Afganistán con ´el rabo entre piernas´.
Tampoco le ha ido mejor a la coalición comandada por EEUU que invadió en Afganistán en 2001, y que veinte años después, tras el nombramiento de Joe Biden como presidente de los EEUU, ha salido, al grito de ´gilipollas´ el último, sin tan siquiera ´rabo´ entre las piernas, dejando abandonado, en mano de los talibanes, vehículos, instalaciones, y todo su armamento pesado.
Esta salida vergonzosa de la coalición del llamado ´mundo libre´, unido a que ya no está Trump en la Casa Blanca, ha sido determinante a la hora de la invasión de Ucrania por Rusia. Putin, como buen depredador, ha visto y olido la debilidad y el ´buenismo´ imperante en Occidente, y simplemente se ha aprovechado.
En cuanto a Ucrania, personalmente creo que a Putin le ha resultado más fácil morder, de lo que le va a resultar tragar. De momento, cada día de guerra le cuesta más de 15.000 millones de euros, amén de que el número de misiles de que dispone, es limitado.
Kiev no es Kabul, y de las viejas tácticas estalinistas de ´desinformación´, los ucranianos están vacunados con la ´pauta completa´, tras casi setenta años de soportar la tiranía comunista; su propaganda y Fake News.
Mal lo debe de estar teniendo Putin, para invadir un país como Ucrania, si necesita movilizar armamento nuclear.
Podría ser que el abuso del ´botox´, aparte de dejar la cara inflada como una manzana ´reineta´, también puede eliminar los pliegues del cerebro y su función.