No sucedió nada más llegar Pedro Sánchez a la Moncloa; fue tiempo después. Hasta entonces, a pesar de la tradicional y descarada indecencia de algún desahogado medio de comunicación, uno aún se podía informar medianamente, utilizando los instrumentos clásicos, prensa, radio y televisión.
Sin embargo, conforme Pedro se fue viniendo arriba hasta transfigurarse en ´Narciso´, y los ´engrasados publicitariamente´ medios comenzaron a comulgar con ruedas de molino, pasando a ser ´medios de desinformación´, un servidor buscó oxígeno en determinados digitales independientes, así como en los vídeos y canales del frente de ´resistencia anti sanchista´ que pululaban y pululan en la plataforma YouTube.
Lo que debió suceder es que no debí ser el único, y que Su Sanchidad se enteró. Así, hoy YouTube se encuentra trufado de publicidad institucional del gobierno ´Sanchezstein´, pagada con nuestros impuestos.
Por su parte, YouTube, intuyendo dolor de estómago en muchos de sus usuarios, trata de sacarle rédito a la coyuntura, iniciando una campaña para que, a cambio de dinero, no tengamos que soportar más anuncios.
El dilema que tengo es que, para no tener que aguantar una publicidad gubernamental que se paga con mi dinero (impuestos), tengo que pagar más dinero a los fulanos de YouTube; del cual, vía IVA e impuesto de sociedades, ´la Chiqui´ volverá a tener su ´pernada´; y vuelta a empezar.
Pero no piensen que éste es un camino que no conduce a ninguna parte, porque se equivocarían. El camino sí que va a una parte; en línea recta, directo al barranco.