La izquierda se derrumbó estrepitosamente junto al muro de Berlín, pero por desgracia para la humanidad, el socialismo rápidamente se reinventó y regresó feroz a nuestras vidas para seguir destrozándolas robando nuestro esfuerzo, ilusión, trabajo y fuerza.
Los parásitos, vagos envidiosos odiadores de siempre, es decir, todos esos socialistas / comunistas que fundamentan su vacua existencia en usurpar el esfuerzo ajeno, regresaron para seguir sustrayendo el fruto de nuestro trabajo mediante todas esas leyes y todos esos impuestos nuevos que se inventan cada día…
Lograron transformar la «lucha de clases» en lucha de sexos; olvidaron el proletariado y se inventaron el «cambio climático…».
Hoy ya nos cobran por respirar y exhalar CO2, literal…
Aunque reinventada, es la mafia socialista de siempre… «Woke» se llaman ahora. Cualquier cosa o excusa con tal de medrar desde su mediocridad.
Es muy cómodo y cobarde ser socialista, es decir, aspirar a vivir de la capacidad y el esfuerzo de los demás. Lo valiente es estar conforme y orgulloso de quien es cada cual, único e irrepetible, alto o bajo plenamente agradecido y satisfecho por los talentos recibidos del Creador, para poder así construir lo máximo posible con ellos, sin quejarse, sin comparar, sin envidiar ni derribar nada ni a nadie…
Las sociedades progresan cuando cada uno hace lo máximo que puede con sus capacidades, y las comparte y suma a los talentos de los demás, con generosidad, inteligencia, legítimo orgullo y humildad.
Permanezcamos alerta y no permitamos nunca que la minoría socialista imponga su dominio, envidias y complejos. Evitemos la influencia woke socialista, para defender la Verdad, y lograr mantener vivos nuestros legítimos sueños en Libertad.
Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada
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