LAS OCURRENCIAS DE LOS ZARRAPASTROSOS

Ikurriñas proetarras, esteladas independentistas y tricolores republicanas en el regreso de Pablo Iglesias, pero ni una sola bandera de España

Ikurriñas proetarras, esteladas independentistas y tricolores republicanas en el regreso de Pablo Iglesias, pero ni una sola bandera de España
Pablo Iglesias con la bandera republicana y la enseña morada de Podemos. EP

Este 23 de marzo de 2019, Podemos escenificó con un acto público el regreso de su presidente, Pablo Iglesias, tras su permiso de paternidad (Ana Pastor se ‘rebota’ contra el desagradecido Pablo Iglesias por atacar a los medios que le auparon).

La elección del lugar no fue casual. Incluso al máximo de capacidad, en esa plaza sólo caben unas 12.000 personas, de tal forma que así se evita repetir, al menos en términos estéticos, el último fracaso de movilización de Podemos en la más extensa Puerta del Sol (‘De vergüenza ajena’: Pablo Iglesias pincha en su regreso y ni siquiera llena la plaza del Reina Sofía).

Además, y tal vez temiendo que no sería capaz llenar la plaza con gente de la capital, Podemos fletó autobuses para el mitin (Dani Mateo deja con el culo al aire a Pablo Iglesias con un chiste que pone nerviosos a sus jefes de La Sexta).

A pesar de ello, como subraya @ElentirVigo en ‘Contandoestrelas’, la plaza no llegó a llenarse (Errejón se ‘fuga’ a La Rioja para escapar del mal vino que destiló Iglesias en su reaparición).

Definitivamente, Podemos sabe que sus tiempos de gloria han pasado: se ha convertido en el mero reposapiés del PSOE, que al fin y al cabo es el papel que viene ejerciendo la extrema izquierda desde hace muchos años en España (Pablo Iglesias insulta a Inda y a Atresmedia ante un temeroso Iñaki López incapaz de saltarle a la yugular).

El radical discurso demagógico de un privilegiado

Tal vez con la intención de hacerse perdonar la vida acomodada a la que se ha acostumbrado desde que es diputado, el Marqués de Galapagar se dedicó a cargar contra los poderosos, la banca y las inmobiliarias.

Eso tras comprarse un chalet de lujo gracias a una hipoteca propia de privilegiados, en unas condiciones ventajosas a las que no tenemos acceso los españoles de a pie; chalet que, además, tiene vigilancia permanente a cargo de la Guardia Civil, vigilancia que pagamos todos, y que en este caso ha reducido los medios que servían para proteger al resto de habitantes de Galapagar.

Iglesias rambién cargó contra los medios de comunicación, para después irse a La Sexta, el canal de telepropaganda de Podemos, donde le dedicaron una sesión de masaje mediático. El líder de Podemos también ha dicho que en España «hace falta reconciliación», y lo dice él, un gueracivilista de tomo y lomo, que se junta con los separatistas donde tiene la oportunidad.

Sin ir más lejos, hace unas semanas se sabía que Podemos quiere ir de la mano de Bildu a las próximas elecciones generales en Navarra. Se trata del mismo partido que durante años ha hecho toda clase de numeritos para negarse a condenar los crímenes de ETA, ni los más brutales.

Ni una sola bandera de España entre el público

En el mitin ha habido un detalle estético que ha revelado, una vez más, el poco aprecio que le tiene Podemos al país que quiere gobernar.

Como ha pasado tantas otras veces en actos públicos de ese partido de extrema izquierda, los hinchas de Podemos han ondeado banderas preconstitucionales (las tricolores republicanas, que evocan un régimen en el que la izquierda violó derechos y libertades que hoy sí tenemos), unas cuantas ikurriñas (la bandera inventada por Sabino Arana para simbolizar sus aspiraciones separatistas), estelas independentistas catalanas y algunas banderas regionales, además de muchas banderas con los colores de ese partido.

Sin embargo, una vez más entre el público no había ni una sola bandera de España. En la plaza sólo ondeada la rojigualda del gran mástil situado junto al Museo Reina Sofía, y una que tenía un vecino en su balcón.

Una vez más, Podemos se ha mostrado incapaz de asumir la bandera que nos representa a todos los españoles, una bandera que aparece definida en la Constitución que votaron por abrumadora mayoría nuestros compatriotas en un referéndum libre y democrático. Lo de Podemos ya es patético.

Una alergia a España agravada por sus alianzas con los separatistas

El rechazo del partido morado a la bandera de España no responde solamente a esa estúpida idea que tiene cierta izquierda de que la rojigualda, creada en 1785, es una bandera «franquista».

Tampoco se debe exclusivamente al hecho de que a la extrema izquierda tenga una larguísima tradición de alergia todo lo que suene a patriotismo, entendido como lo que es: el amor a tu Patria, y no el amor al Estado o a los servicios públicos, que es como pretende rebajarlo Podemos para que la mera palabra no se le atragante.

Además, el rechazo de Podemos a la bandera de todos los españoles también es el pago a sus alianzas con quienes odian a España.

Se ha convertido en el partido del antipatriotismo: su meta es debilitar a España y sustituir algo tan noble como el amor a la Patria por la obediencia al Líder, una forma de esclavitud habitual en las dictaduras comunistas, que es la ideología de la que hacía gala Iglesias antes de crear su partido.

NOTA.-

Pablo Iglesias odia a España y si lo dudas, mira este vídeo…

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