En un giro digno de una comedia de enredos políticos, el otrora paladín de la izquierda progresista, Íñigo Errejón, se encuentra ahora en el papel del acusado que clama inocencia.
El exportavoz de Sumar, conocido por sus encendidas defensas del «Yo sí te creo, hermana», ha decidido cambiar el guion y acusar a su denunciante de presentar una «denuncia falsa».
El que fuera uno de los hombres fuertes de Pablo Iglesias hasta que decidió disputarle el liderazgo en Podemos, proclamaba en el pasado que no existían denuncias falsas sino solo «una derecha fanática», ahora se encuentra en la incómoda posición de tener que defender su propia inocencia.
Con un giro argumental digno de las mejores telenovelas, el político acusa a la actriz Elisa Mouliaá de actuar con «mala fe» y de manera «tramposa». Uno casi puede imaginar a Errejón gritando «¡Es una conspiración!» mientras agita dramáticamente los brazos.
Este inesperado cambio de papeles ha dejado a la izquierda en una situación bastante embarazosa.
¿Qué hacer cuando tu propio adalid del feminismo se encuentra acusando a una mujer de mentir? Es como si Superman de repente empezara a robar bancos – simplemente no cuadra con la narrativa establecida.
La ministra Yolanda Díaz debe estar deseando que la tierra se la trague. ¿Creer a la denunciante o al denunciado? Es el dilema del siglo para una izquierda que ha hecho del «creer siempre a la mujer» su mantra sagrado. Quizás deberían considerar cambiar su eslogan a «Yo sí te creo, hermana… a menos que acuses a uno de los nuestros».
Y además la hemeroteca está ahí para demostrar la caradura y la desmemoria de personajes de este calibre:
Porque esto dijo el ya exdiputado de Sumar cuando se hablaba de la existencia de denuncias falsas:
No hay denuncias falsas, hay una derecha fanática cuyo trabajo es criminalizar a las mujeres. https://t.co/VibsjPuMOW
— Íñigo Errejón (@ierrejon) September 9, 2020
En fin, parece que el caso Errejón ha destapado la caja de Pandora de la hipocresía política. Quién hubiera pensado que convertir una causa noble como el feminismo en un arma política podría salir mal, ¿verdad? Es casi como si la realidad fuera más compleja que un simple eslogan.
Pero no se preocupen, seguro que pronto encontrarán una forma de culpar a la derecha de todo esto. Después de todo, la coherencia nunca ha sido el fuerte de la política.
