La Semana Santa es el momento perfecto para hacer una pequeña escapada y poder desconectar de la rutina del día a día. Su maravillosa temperatura, su imponente naturaleza y su gastronomía, hace que las Islas Baleares sea un destino perfecto para disfrutar de estos días.
Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección – toda la Semana Santa – , se suceden actos de tradición religiosa en las 4 islas. El Jueves Santo, en Mallorca destaca la procesión del Sant Crist de la Sang en Palma, una de las más solemnes, con la participación de una treintena de cofradías y pasos. El Viernes Santo más popular de la isla es el de Pollença, donde tiene lugar un espectacular ‘Davallament’ (descenso de la Cruz), una representación espectacular, en medio de un silencio solo roto por las antorchas que arden al viento y las notas bajas del «Miserere», poco a poco, los 365 escalones del Calvario se van iluminando al paso de las velas.
En la mañana de Pascua en Ciutadella de Menorca, hay una tradición peculiar: la Matança dels Bujots, o la matanza de muñecos de paja. Los muñecos se cuelgan por la ciudad con un cartel al cuello que destaca un problema (por ejemplo, la falta de trabajo, la política, etc.) y, a partir del mediodía, se convierten en el objetivo de los tiradores que las abaten.
De Ibiza y Formentera cabe destacar que concluye el Domingo de Resurrección con la emotiva representación del «Encontre».
Los pueblos marineros de las islas ofrecen ese remanso de tranquilidad y quietud propia de otro tiempo. Así, en Mallorca vale la pena hacer una parada en Portocolom, un singular pueblo pesquero lleno de color que se encuentra muy cerca de Felanitx. Este pueblo, que respira autenticidad, cuenta con una oferta gastronómica en la que el buen pescado es la clave.
Si bien, durante Semana Santa toda Mallorca se pone manos a la obra para elaborar sus conocidas panades (pastas de masa sin levadura rellenas de carne de cordero, cerdo o pescado, que se contrastan con un toque dulce en su superficie)
Los crespells (pastas elaboradas con harina, huevo, manteca, aceite de oliva, zumo de naranja y azúcar, con forma de flor o estrella)
y los robiols (piezas de masa fina con forma semicircular, cubiertos de azúcar glas y rellenos de mermelada, cabello de ángel, crema, requesón o chocolate).
También villa de pescadores, Fornells es un pueblo que no puede faltar en una escapada a la isla de Menorca. Su puerto tradicional y su gran bahía son sus principales atractivos y, desde la Torre de Fornells, es posible disfrutar de unas vistas únicas. A nivel gastronómico, destaca su típica caldereta de langosta pero, más concretamente, durante Semana Santa es posible degustar los crespells, que se diferencian a los de Mallorca en que están rellenos de confitura, chocolate, e incluso de sobrasada.
En el caso de Ibiza, vale la pena dejarse caer por la parroquia de Es Cubells. Ubicada sobre un acantilado, este pequeño pueblo cuenta con algunas de las calas más especiales de la isla Pitiusa. De reducido tamaño, sus edificaciones están construidas bajo las características de la arquitectura ibicenca. Pasear por sus calles y apreciar las impresionantes vistas a la costa otorgará una quietud capaz de transportarte hacia la más plena paz.
Llegando a la segunda isla Pitiusa, Formentera aguarda un pueblo singular que, debido a su manera particular de resguardar sus embarcaciones del agua salada, fue declarado de interés cultural en 2002. Se trata de Es Calo, un pequeño pueblo costero que destaca por sus contrastes, con pequeñas calas como Ses Platgetes, a un lado, y acantilados sorprendentes al otro.
Durante el período de Semana Santa, en Ibiza y Formentera es común poder probar en cada lugar los típicos Flaos. Tradicionalmente, esta particular tarta de queso se elaboraba el domingo de Pascua, aunque con el paso del tiempo se ha transformado en un dulce del que se puede disfrutar a lo largo de todo el año. Con origen en la edad media, tiene aromas a queso de cabra y de oveja, además de menta e incluso hierbabuena o hierbas ibicencas.
Otros dulces que se pueden degustar durante esta época en las Islas Baleares son las llamadas Monas de Pascua, esas pequeñas construcciones elaboradas con chocolate, que dan lugar a figuras de todas las formas y que, tradicionalmente, se regalan a los más pequeños durante el domingo de Pascua. En el plano salado, también es posible degustar los Frit de Pascua, un plato que, uniendo diferentes frituras como pimientos, patatas, guisantes, asadura de cordero, alcachofa, cebolla, guindilla y ajos, da lugar a una mezcla de sabores llena de divinidad.
Si quieres consultar la normativa de acceso a los puertos y aeropuertos de las Islas Baleares: http://safetourism.illesbalears.travel/en.
www.illesbalears.travel
www.illessostenibles.travel
