Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Aprendiz de gigoló: energía

Lejos, muy lejos de que su avanzada edad le reste capacidad de recuperación entre película y película (sigue al arrollador ritmo de una por año), el gran Woody Allen tiene energía para este paréntesis interpretativo con rol de secundario en el proyecto de John Turturro (por si alguien pensaba que Woody se había retirado de la actuación, él mismo ha declarado muchas veces que simplemente su edad le cierra el abanico de posibilidades a escoger). Y el caso es que el genio neoyorkino no se pone a las órdenes de cualquiera, y es a Turturro, director y protagonista de la cinta a quien le ha hecho semejante honor. Además de la sintonía entre ellos, algo tendrá la historia y/o su personaje…

Así las cosas, centrémonos en dicha historia que nos pone sobre el tapete a un buen tipo (Turturro) que accede a prostituirse para echar una mano económica a su apurado amigo (Allen), que le hará de proxeneta. A semejante disparate hay que añadir un par de maduritas explosivas interesadas en “el género” (nada menos que Sofía Vergara y Sharon Stone, a la que se le hace un par de guiños cinéfilos con su Instinto básico que no tienen desperdicio) y una viuda judía ultraortodoxa (Vanessa Paradis, esa mujer con el Canal de Suez entre paleta y paleta) que pasaba por allí y que resulta clave para que el guión vaya bastante más allá que a la risa y los momentazos surrealistas sin desperdicio alguno.

La mirada triste y maravillosamente expresiva del protagonista ayuda a dibujar un personaje tierno y amable que anda un poco solo y se cruza con algún otro personaje más sólo aún que él, y juntos tienen momentos de sincero respiro ante los ojos de un espectador sorprendido y con cierto pudor que pasa de sentarse a ver lo más parecido a una comedia ligera de Woody Allen a asistir a una delicada historia con aire “alleniano” pero sello “turturriense” de sentimientos desde el buen humor, manivela que debería hacer girar siempre al mundo.

Se podría llegar a la conclusión tras lo mencionado de que, efectivamente, el reparto, del primero al último, se encuentra en absoluto estado de lucidez para transmitir esa conexión de unos con otros y contagiar al respetable ternura, bien bastante escaso en la cruda sociedad que nos ha tocado vivir. En resumidas cuentas, pequeña joya puesta en escena con humildad y sencillez que suple con alma cierta irregularidad en la constancia del ritmo narrativo. Bastante más de lo esperado a estas alturas de curso cinematográfico.

Dirección y guión: John Turturro. Título original: Fading gigolo. Países: USA y Francia. Duración: 90 min. Género: Comedia dramática. Intérpretes: John Turturro (Fioravante), Woody Allen (Murray), Vanessa Paradis (Avigal), Liev Schreiber (Dovi), Sharon Stone (Dra. Parker), Sofía Vergara (Selima). Producción: Jeffrey Levy-Hinte, Paul Hanson y Bill Block. Música: Abraham Laboriel y Bill Maxwell. Fotografía: Marco Pontecorvo. Montaje: Simona Paggi. Diseño de producción: Lester Cohen. Vestuario: Donna Zakowska.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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