Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Tokarev: demasiado optimismo

Con motivo de la promoción de este proyecto que supone la entrada en Hollywood del director sevillano Paco Cabezas (Aparecidos, Carne de neón, valedora esta última de su salto a Yankilandia), comentaba éste con aire de grandilocuencia y explicativa gesticulación que parecía estar clarificando un proyecto aeronáutico, el hecho de que su película “no se trataba de un thriller barato” y que “contar con Nicolas Cage, ganador de un Oscar, había sido estupendo”; añadiría yo que tener en el reparto a Danny Glover, aunque no crea en lo que está haciendo, no es moco de pavo. El caso es que no podemos negarle a Cabezas que sus buenas intenciones promocionales vienen precedidas por un notable esfuerzo artístico y técnico que le viene más que grande a un guión tan idiota como el que se crea la supuesta profundidad de la historia, o en su defecto se emocione con diálogos de cartón piedra diseñados para que el espectador le grite “¡machote!” a los aguerridos protagonistas desde la butaca. Las cámaras lentas, las concatenaciones efectistas de la banda sonora o el ojo de una cámara que se toma en serio lo que está observando son más propias de una película de otro pelaje, porque cuando te sale cine de serie B con envoltorio lujoso, acabas descolocando al más pintado.

Y es que el quid del asunto reside en que asistir a cómo Cage (que sobreactuó magistralmente en Leaving Las Vegas y por ello fue justamente premiado, pero sigue sobreactuando de igual manera en todos y cada uno de sus trabajos) nos enseña a un tipo duro con pasado criminal y una hija adolescente a la que le ocurre algo malo que desata su desesperación y la vuelta a las andadas con la ayuda de “amiguetes del pasado” no se nos antoja nuevo en absoluto. Ni siquiera divertido. Sin hacer escarnio de la recurrente cara de espantado o al peinado del actor, alguien debería decirle que por mucho que sus representantes le hayan encauzado la carrera (y por encauzado nos referimos a todo aquello que se pueda comprar con dólares) como héroe de acción y similares (recordemos que fue ¡el Motorista Fantasma!, aún tengo pesadillas con ello), el ilustre sobrino de Coppola da más la lata al personal que la imagen requerida para dichos papeles.

Pirotecnia, tortas, más tortas, alguna torta de regalo, persecuciones y un ligero giro de guión final que la aleja del canon estándar sin que sea para volverse locos son los argumentos de una película a ráfagas entretenida, muy olvidable, que atisba buen hacer del director, definitivamente demasiado optimista con el resultado de su propio trabajo. Eso sí, haciendo honor a su apellido, puede que Cabezas haya conseguido (así se lo deseamos) el escaparate para asomar la testa en el cine norteamericano, que de ideas no andará muy boyante, pero cuenta con presupuestos que le hacen a uno la vida mucho más sencilla en el espinoso camino de la elaboración de una película…

Dirección:
Paco Cabezas. Países: USA y Francia. Duración: 98 min. Año: 2014. Género: Acción, thriller. Intérpretes: Nicolas Cage (Paul Maguire), Rachel Nichols (Vanessa Maguire), Peter Stormare (Francis O’Connell), Danny Glover (Peter John), Aubrey Peeples (Caitlin), Max Ryan (Kane), Michael McGrady (Danny), Weston Cage (joven Paul). Guión: Jim Agnew y Sean Keller. Producción: Michael Mendelsohn y Richard Rionda del Castro. Música: Laurent Eyquem. Fotografía: Andrzej Sekula. Montaje: Robert A. Ferretti. Diseño de producción: Vincent DeFelice. Vestuario: Critter Pierce.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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