Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Lo imposible

La indiscutible magia del cine es eso que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas con diversión, emociones y personajes con los que nos identificamos y que convertimos en actores secundarios de nuestras propias historias. Se trata de un tipo de expresión, artística en muchos de los casos, que inmortaliza el trabajo de aquellos que se colocan detrás y sobre todo delante de las cámaras para colarse en nuestros cines, nuestras casas y nuestros corazones. Pero es justamente eso, magia, por mucho que pueda descolocar un hecho como el que hace pocos días nos ha pillado con el pie cambiado a los seguidores del vasto trabajo del gran Christopher Lee. Ha ocurrido lo imposible y el legendario Drácula, Señor de los vampiros e inmortal por definición, ha muerto a los 93 años y con más de siete décadas de carrera entre cine, teatro y televisión (se dice pronto, pero deténganse a pensarlo…).

Sin necesidad de estaca alguna, el corazón del actor y Sir del Imperio Británico ha dicho basta, y su rictus estremecedor de villano ya solo nos quedará para el recuerdo con el legado de sus actuaciones.

Cuentan que divertido y de buen trato, desgarbados dos metros de humanidad con elegancia natural, puede que heredada de sus orígenes familiares de distinguida cuna, excelso actor de mirada penetrante al generoso servicio de ser el antagonista de los buenos de la película. Con más de 250 películas en su haber, como es lógico, encarnó papeles de todo tipo, pero son los de este corte los que plasmaron su cara en camisetas, tazas o pósters en todo el mundo. Además del mítico Drácula heredero del de Bela Lugosi, encarnó también al monstruo de Frankenstein, al enemigo de James Bond en El hombre de la pistola de oro (1974), Rasputín, Fu Manchú, el hermano de Sherlock Holmes bajo las órdenes de Billy Wilder, o el propio Holmes en un par de largometrajes para televisión. Erudito, políglota y gran narrador, para el recuerdo también su tardía carrera musical, que empezó ya octogenario, con versiones de todo tipo y alguna poderosa incursión en el mundo de la ópera y también del heavy metal de lo más (gratamente) sorprendente, demostrando inquietud personal, ganas de experimentar y una tremenda voz capaz de cantar en unos tonos bajos espectaculares.

Y luego están, por supuesto, las apariciones por las que más de un compañero habría vendido su alma al diablo en las trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit de su amigo Peter Jackson, poniendo rostro a Saruman el Blanco, y jugando por otra parte con el lado oscuro de la Fuerza interpretando al malvado Conde Dooku en la saga de Star Wars.

Sin lugar a dudas, la desaparición de Christopher Lee es una pérdida trágica y notoria para el mundo del cine, también un motivo de tristeza por motivos evidentes. De igual forma cabe pensar que se trató de una vida muy bien aprovechada y no puede uno evitar una media sonrisa cuando se le viene a la cabeza eso de “sí que se lo ha pasado bien el puñetero”. La cantidad de incalculables tesoros frikis que podría tener este hombre en su casa… Que la magia blanca del cine y la Fuerza te acompañen siempre, recordado Conde Drácula.

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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