Roy Lichtenstein de principio a fin

José Catalán Deus

Dicen que sus obras proponen un diálogo y abren un camino muy interesante hacia la socialización del arte, ofreciendo nuevas lecturas de la obra plástica. Es posible. Pero bofetada al espectador y violación de la misma idea de lo que es pintura como arte, de por qué contemplar y exponer un lienzo enmarcado, son términos que vienen también muy al caso.

La exposición ‘Roy Lichtenstein de principio a fin’, presenta una selección de 97 obras realizadas entre 1966 y 1997 por este máximo exponente, junto con Andy Warhol, del arte Pop americano. Se presenta por primera vez en España una visión completa e inédita de las diferentes etapas del proceso de trabajo del artista, y pretende reconstruir en su totalidad las distintas fases de la creación del artista y evidenciar la evolución desde sus fuentes de inspiración hasta sus últimas consecuencias, las obras finales.

Lichtenstein vivió de 1923 a 1997. Las obras muestran escenarios interiores y exteriores que revelan sus fuentes culturales: personajes populares del mundo del cómic, como Dagwood, Tintín o el Pato Donald; protagonistas de tebeos para chicas como Girls’ Romances, Heart Throbs, Young Romance o Secret Hearts; ejemplos del pasado, como el Laocoonte helenístico, los paisajes de Van Gogh o de Cézanne, las bañistas y retratos de Picasso, los desnudos de Matisse, los nenúfares de Monet o la columna sin fin de Brancusi; distintos temas extraídos de la historia del arte como los paisajes de la pintura china. Son referentes a los que Lichtenstein rinde, en sus personales apropiaciones, un particular homenaje.

Hay que ser muy experto en pintura para disfrutar de esta fría y desangelada muestra. Para gozar con esta ironía gratuita, para aceptar que el pop-art aporta algo más que su impotencia. Si usted pertenece a esta minoría, vaya y degluta. Si no, vaya también: tendrá una buena disculpa para echar pestes intelectualizadas.

Lo mejor para el cronista, de sus inicios, ‘Ocean Motion’ (1966), y de sus finales, ‘Paisaje japonés’ (1996).

Estuvo dedicado a su tarea e hizo lo que le pareció oportuno. Nuestra admiración por ello. Según la biografía oficial abreviada del artista, (http://www.march.es/arte/madrid/temporal/lichtenstein/biografia.asp) la vida le sonrió de principio a fin, y su escéntrico enfoque desde el comienzo encontró las miles de los marchantes y coleccionistas.

Dice de él un colaborador: Como fuente de inspiración tenía montañas de revistas y… libros de cómics. Tenía miles de libros… Adoraba las imágenes, y para él cualquier cosa podía ser un tema a tratar –a pesar de que él decía que el tema a tratar no era importante. … Recopilaba cantidades enormes de material. (…)

Decía él mismo de su pintura: ‘Creo que mucha gente no capta la tendencia central de la obra. … A mí no me interesa el objeto, y no me importa cómo es, por ejemplo, una taza de café. Sólo me importa cómo está dibujada, y en lo que se ha convertido a través de las aportaciones de varios dibujantes publicitarios a lo largo de los años, y cómo evoluciona en cuanto símbolo tanto a través del trabajo de los dibujantes publicitarios y de sus malos dibujos, como de lo que los mecanismos de reproducción han hecho para que esa imagen de una taza de café, por ejemplo, tenga, a lo largo de los años, una forma determinada. (…) Yo nunca dibujo el objeto en sí, sólo dibujo una representación del objeto: una especie de símbolo cristalizado de éste’.

Y explicaba: ‘Mi utilización de puntos y líneas diagonales repetidos uniformemente y zonas de color inalteradas sugieren que mi obra está bien donde está, exactamente en el lienzo, claramente no es una ventana al mundo. Además, los puntos, las diagonales y el color puro sugieren que mis fuentes son bidimensionales. (…) El empleo de líneas negras y puntos o diagonales y de color puro me ofreció la oportunidad de producir una gama de color personal y poco común. Y el imitar la técnica de la impresión, como estilo, me permite pintar de una forma moderna, no europea. La ampliación de estas viñetas de cómic evidencia que asumimos como reales configuraciones que son muy abstractas… Hago esto en parte porque no creo que la importancia del arte tenga nada que ver con la importancia del tema a tratar. Creo que la importancia reside más en la unidad de composición y en la inventiva de la percepción’.

Con motivo de su exposición retrospectivas en la Fundación Juan March en 1983, declaraba: “Es indudable que entre mi obra, mi manera de pintar y la publicidad hay una relación muy directa. A veces se me reprocha que con mi estilo contribuyo a hacer más aceptable esa publicidad y al incremento del consumismo. Pero existe una enorme ironía en mi trabajo; intento, por lo menos, asumir una postura crítica ante lo que represento, de ironía ante nuestra cultura industrial y el despliegue visual de la sociedad industrializada. Esto que en un principio parecía típicamente americano, hoy es ya un fenómeno internacional. De ahí que mi pintura pueda comprenderse en todo el mundo.”

“Cuando pinto a partir de un retrato, un bodegón o un paisaje, siempre tomo de ellos una imagen bidimensional. Y en esto, creo, hay algo de innovación. Claro que algo semejante hicieron, por ejemplo, Picasso con Velázquez –recordemos Las Meninas- o Van Gogh con Rembrandt, por citar dos grandes artistas de vanguardia. Picasso se divertía con ello. También en mi caso hay humor e ironía cuando trato de hacer un falso Mondrian o un falso Picasso. Esa ironía es quizá hoy fruto de la crisis de valores y creencias, incluyendo la pérdida de la fe en el arte, en las instituciones, en la autoridad, etc., que lleva a interpretar todo con humor y distanciamiento.”

“Mi arte no es un mero ejercicio o juego literario. Cuando decido pintar un cuadro, quiero que el resultado sea algo artísticamente organizado. Es decir, trabajo seriamente, calculando, por ejemplo, la proporción adecuada de los colores. Me importa, aun más que la ironía, que la obra sea un todo organizado.”

Roy Lichtenstein de principio a fin
Fundación Juan March
Castelló, 77 – 28006 MADRID
+ 34 91 435 42 40
Lunes a Sábado: 11.00 a 20.00 hs.
Domingos y festivos: 10.00 a 14.00 hs.
Entrada libre

Se ha programado para febrero un ciclo de conciertos, los miércoles 7, 14, 21 y 28, bajo el título “Mass Clásica. Músicas para la exposición Roy Lichtenstein: de principio a fin” y un ciclo de seis conferencias, del 13 de febrero al 1 de marzo, titulado Fenomenología del “Pop”.

Está organizada en colaboración con la Roy Lichtenstein Foundation de Nueva York y comisariada por Jack Cowart. Las obras proceden, en su mayoría, de colecciones privadas, y de instituciones como la Roy Lichtenstein Foundation, Nueva York; la colección Eli y Edythe L. Broad, Los Ángeles; Mitchell-Innes & Nash, Nueva York,etc.. Además, la exposición incluye una película que Lichtenstein realizó en 1970 sobre paisajes marinos, en relación muy directa con una serie de collages con temas de paisajes realizados entre 1964 y 1966, uno de los cuales también forma parte de esta muestra.

Y por cierto, por internet se puede echar un vistazo estupendo.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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