La primera edil justifica su insólita actitud aduciendo que está “investigando los pagos del anterior equipo de gobierno”
No hay manera. Ni por las buenas, ni por las malas. La ‘popular’ alcaldesa de Ibiza dejará en su ayuntamiento una huella imborrable que dará fe, no sólo de su mal paso por el lugar, sino de cómo se las gastan algunos políticos con tal de no dejar la silla y renunciar a sus privilegios.
SE CARCAJEA DE TODO
Tras su anunciada dimisión que ha ido posponiendo con el único fin a decir de muchos de poder cobrar un plus de por vida en cuanto se reincorpore a su plaza de funcionaria, tras saltar el escándalo de las ‘extrañas’ facturas a Prensa Pitiusa, la susodicha se ríe en la mismísima cara de su partido.
Lo del jueves por la tarde fue bochornoso: A las 19 horas el comité local de la ciudad de Ibiza , así como la ejecutiva insular, se vieron en un verdadero brete al enterarse de que escasas horas antes, y por teléfono, la primera edil había decidido ‘plantar’ el pleno de este viernes donde iba a presentar de una vez su dimisión, comunicando que no tiene pensado de ninguna de las maneras renunciar a su acta de concejal.
CESE FULMINANTE
Al presidente del PP de Ibiza, Vicente Serra, y ante tamaño despropósito, no le ha quedado así otra salida que cesarla como vicepresidenta del partido, e iniciar el expediente de expulsión con el visto bueno de la dirección insular que va a depender, en última instancia, del comité de derechos y garantías del PP balear. También se le reclama el acta de concejal.
El ‘descolocado’ presidente del Consell no descarta tampoco una moción de censura con tal de quitársela de encima, ante su «falta de respeto»:
«Nunca pensé que este asunto iba a ser tan difícil. Sentimos profundamente la repercusión que sobre el ciudadano de Vila tiene esta situación. El partido ha cumplido los plazos solicitados por la alcaldesa ,y no hemos sabido nada de la desconvocatoria del pleno hasta hoy. Es una situación personal contradictoria estar en este punto a estas alturas, con una persona con la que he compartido cartel electoral. No es agradable para nadie».
JUSTIFICACIÓN
La protagonista de la historia está fuera de sí y sigue echando balones fuera tras sus triquiñuelas. Dice que antes de dejar el cargo quiere «defenderse del ataque mediático», y que está «recabando pruebas» sobre los gastos que generó el anterior equipo de gobierno:
«Se lo debo a los ciudadanos antes de irme. No es que no me fíe de mis compañeros de la comisión de investigación, pero la investigación particular se está retrasando ya que he tenido que solicitar a intervención más documentos, motivo por el cuál he decidido retrasar el pleno al próximo lunes.»
Se olvida del detalle de que antes tenía que rendir cuentas, y nunca mejor dicho, sobre las ayudas al mentado medio afín, algo que parece que dejará en el baúl de los recuerdos.