Las razones por las que no tiene relación con su hijo son polémicas y dudosas

La docuserie de Rocío Carrasco ya roza lo grotesco y lo absurdo: «Olga Moreno no tiene coño»

¿Es justo que una madre hable así, en público, de un hijo que tiene una discapacidad intelectual?

La docuserie de Rocío Carrasco ya roza lo grotesco y lo absurdo: "Olga Moreno no tiene coño"

El  miércoles 12 de mayo de 2021 se estrenó el décimo capítulo de ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’, docuserie en la que Rocío Carrasco denuncia los malos tratos sufridos por su exmarido, Antonio David Flores, y explica por qué, desde hace años, no se habla con sus dos hijos, Rocío y David Flores.

En los capítulos anteriores, Rocío habló de cómo, según ella, su exmarido manipuló a su hija hasta el punto de que la niña, con quince años, le dio una paliza a la madre para, acto seguido, denunciarla (falsamente) por malos tratos.

Se puede entender que Carrasco no quiera hablar con su hija después de ese infierno (la joven fue condenada por malos tratos) pero la gran pregunta, aquello por los que ‘los negacionistas’ de Rocío no la creen, es: ¿Cómo es posible no tener contacto con un hijo con capacidades especiales?.

En el capítulo 9, Rocío comenzó hablando de cómo la relación con su hijo se deterioró aunque, de momento, cuesta ponerse en su lugar (ojo, tampoco hace falta. No todos somos iguales y esta señora tiene una enfermedad mental denominada depresión crónica).

El problema es que la serie, en sí, ya empieza a aburrir. Están alargando tanto la trama que da pereza. Llevan dos capítulos sin contarnos algo que no supiéramos. Aunque lo peor, como siempre, es el debate que se celebra antes, durante y después.

Titulares de Rocío Carrasco

Entre otras cosas, en el capítulo 10 de la docuserie, Rocío Carrasco dijo:

David cambia a raíz de que su hermana se va de casa.

Sentía devoción por su madre y por Fidel.

Por los problemas que tiene David, a mí me hubiese encantado darle cierta independencia. A mí me hubiese encantado que hubiese ido sólo, por ejemplo, a por el pan. Pero eso no lo he podido hacer porque pensaba: ¿y sí al niño le pasa algo?

Yo me sentía amada por ese niño.

Hablo de él sin pena porque yo sé que él es feliz. Mi pena con él es por la utilización que ha sufrido.

El padre ha utilizado las circunstancias de su hijo para hacerme más daño.

La ausencia da pena pero yo sé que si a él le hubiesen dejado, él me hubiese llamado y me hubiese venido a ver. A él no se lo han permitido.

David empieza a cambiar en el colegio. De repente, se peleaba o insultaba y eso nunca lo había hecho.

Se volvió un niño arisco y reaccionario.

Él me decía que no quería estudiar porque su padre la había dicho que le iba a llevar a ‘La voz’ y que no tenía que estudiar.

El padre iba a ver al niño al colegio en el periodo que me tocaba a mí y le iba diciendo cosas y le hacía chantaje emocional para que se fuera a vivir con ellos.

Mi hijo me contó que su hermana le dijo: ‘Dile a tu madre que va a llorar lágrimas de sangre y que hasta que no vaya a la cárcel no va a parar’.

Mi hijo entró en clase y dijo: ‘Mi madre no me quiere. Mi madre es muy mala madre’.

A mí, el programa ‘Hable con ellas’ (en el que trabajó en 2014)  me hizo muy bien. Siempre he estado medicada desde el 2011 pero ese programa me dio mucha vida.  Tenía miedo de no poder hacerlo por la medicación. Yo disfruté haciéndolo.

Nunca me crucé con Antonio David en los pasillos de Telecinco.

Mi hijo me contó que, una vez, se enfrentó a su padre por defenderme y que este le dijo: ¡Si vuelves a defender a tu madre, te bajas del coche y te vas andando’.

Casarme con Fidel fue un sueño. Estaba muy jodida anímicamente pero quería hacerlo. Quería que fuese un regalo para la gente que, durante años, había sido importante para nosotros.

La última vez que vi a mi hijo fue en junio de 2016. Le dejé dos meses con el padre para que, en septiembre, estuviera en mi boda con Fidel.

Antonio David no me devolvió al niño.

Yo no podía llamar a este ser porque , si me cogía el teléfono, me decía: ¡Eres una hija de puta. Igual que te he quitado a una, te voy a quitar al otro!

Olga Moreno es otra sinvergüenza. Es cómplice de Antonio David.

Cuando entré en los juzgados por la custodia de mi hijo, estaba Olga en el pasillo con él, le besó para que no me viera. Yo fui a por ella pero me frenaron. Luego dijo que yo no quise saludar a mi hijo. Miente. No tiene coño. No tiene lo que ha de tener.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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