Ya no valen las excusas

Risto Mejide, el rey del morbo, es el nuevo talón de Aquiles de Mediaset: razones para su cancelación

¿Mediaset quiere seguir siendo tan polémica?

Risto Mejide, el rey del morbo, es el nuevo talón de Aquiles de Mediaset: razones para su cancelación

Parafraseando a la gran Ana Obregón: No todo vale, Risto Mejide. No todo vale.

El 3 de enero de 2023, Risto Mejide hizo una intentona de pedir perdón

¿En qué cabeza cabe que yo me pueda reír de la muerte de un hijo?

En la de millones de personas que vieron tu discurso (en diferido, que no en directo) en las Campanadas del 2022-23. No es que la masa tenga siempre la razón, es que es incomprensible que un señor insinúe que la muerte de un ser querido o anunciar un embarazo dan audiencia, en alusión a Ana Obregón y a Cristina Pedroche.

Lo curioso es que, para Risto, el problema lo tienen los demás. Pidió perdón, sí, pero por haber sido malinterpretado. Esa ‘pullita’ no iba dirigida a Obregón y a Pedroche, sino a los “directivos que habían decidido ponerlas ahí” como si ellas no tuviesen voluntad o capacidad de decisión, como si su trabajo previo no demostrase su valía.

A Mejide, muy amigo de aquello de que ‘el mundo está contra mí’, parece que le gusta tener enemigos para confirmar su teoría de que él es el único ser puro en la faz de la tierra.

Pero no deja de ser sorprendente que este señor quiera luchar contra la industria del morbo en televisión. Pues que apunte a su cabeza. Él es el mayor exponente en la sangre moral. Es un vendedor nato, contradictorio (el que se queja de la prensa rosa no sólo la ejerce, sino que la alimenta, vendiendo, por ejemplo, su boda con Laura Escanes) y polemista.

Ninguno aguanta la prueba de la hemeroteca. Todos tenemos muertos en el armario del tiempo. Risto tiene muchos. Apareció en el ‘OT’ de Telecinco como el ogro que humillaba a los aspirantes. El que insultaba, el que discutía, el que decía comentarios homófobos que escandalizaron al mismísimo Jesús Vázquez y un largo etcétera de improperios que resultaron ser un éxito de audiencia.

Risto, como buen publicista que es, vende un un personaje, SU personaje. El ser borde, frío, listo, inteligente y narcisista que está por encima del bien y del mal. No, querido, lo tuyo es la perpetuación de lo que te quejas: el morbo puro y duro.

Y no hace falta irse tan lejos. Risto es el mismo que publicó (hace pocos meses) una cuenta atrás en sus redes sociales para anunciar su divorcio. Eso es morbo, querido.

También es morbo poner cara de pocos amigos y humillar a los aspirantes a artistas de ‘Got Talent’ por el bien del ‘show’.

Y si Cristina Pedroche o Ana Obregón han sido marionetas de sus malvados jefes, tú, Risto, también lo has sido. ¿A lo de rescatar el caso de Raquel Sánchez Silva muchos años después sólo por una vendetta de Mediaset contra la presentadora cómo lo llamas?

Este señor ha humillado, de manera pública y privada, a compañeros y amigos míos sólo por levantar la voz contra él o no seguirle la corriente. Eso le convierte en uno de esos mandamases que él tanto odia que ejerce su poder contra los demás.

Risto, el personaje (no me meto con la persona porque no le conozco, me baso en lo que él vende), es el perfecto bombero pirómano. Padece una especie de síndrome de Mauthausen por poderes que le convierte en verdugo y en salvador al mismo tiempo. Crea el caos para sacar, acto seguido, la lanza de la justicia.  Es muy bueno y muy despiadado en lo que hace.

Morbo es invitar a Arcadi Espada al Chester a que diga bestialidades como que hay que abortar cuando el bebé tiene síndrome de Down y echarle del plató cuando sabías perfectamente lo que iba a decir.

Ahora él se queja  de que le hemos interpretado mal, que los enfermos somos nosotros. No, querido, si pensamos que has podido reírte de la muerte del hijo de Ana Obregón es porque es coherente con el personaje que has creado, con el morbo del que TÚ te alimentas.

Te devuelvo la pregunta: ¿En qué cabeza cabe que alguien diga lo que tú dijiste en las campanadas sin saber que iba a ofender a esas dos mujeres?

Por cosas menores han caído torres más altas (y no seré yo, jamás, defensor de la cultura de la cancelación). Esto ya no va de moral o de ética, va de puro neoliberalismo y pragmatismo empresarial, eso que Risto tanto defiende.

Mediaset está perdiendo. Hay, en la empresa,  una crisis de audiencia y de imagen sin precedentes. La nueva cúpula quiere cambios, acabar con el modelo televisivo imperante hasta la fecha (obra y gracia de Paolo Vasile) y uno se pregunta si en esa renovación tiene cabida alguien como Mejide.

Por muchas excusas que ponga, tocar el tema del fallecido hijo de Ana Obregón es lo peor que le puede pasar a Mediaset si quiere salir del pozo en el que está.  Dios me libre de pedir el despido de alguien (algo que Risto sí ha deseado en muchas ocasiones) pero yo, como analista de televisión, me parece un error empresarial mayúsculo que este suceso no tenga consecuencias reales.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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