Polémica sobre el arte y la belleza

Por José María Arévalo

(Montaje de la estatua de Santa Juana de Arco junto a la iglesia del mismo nombre en Niza)

He visto esta polémica en un artículo de Jorge Soley en Religión en Libertad, en el que los autores del Atelier Missor se refieren a ella con motivo del rechazo por algunos franceses de su escultura de Santa Juana de Arco en Niza, situada junto a la iglesia del mismo nombre. No es nuevo este tema de si la belleza, como atributo del ser, es uno de los elementos constitutivos de la creatividad y por tanto si el arte debe ser o no bello, sin perjuicio de que pueda haber -en algunos casos- cierta belleza en la fealdad. Y a ello hemos dedicado varias series de artículos en este blog, uno de ellos el que titulábamos “El arte moderno, ¿es arte?”, que concluimos el 09.05.19 con el capítulo 22 titulado “Arte conceptual y `performance´”(todavía puede verse en https://www.periodistadigital.com/tresforamontanos/20190509/el-arte-moderno-ies-arte-22-arte-concept-689403959740/ )

Pero yo no había visto nunca un planteamiento como hace el Atelier Missor, que sostiene que el rechazo de su bellísima obra sobre santa Juana de Arco es precisamente por eso, por ser bella, ya que hay una tendencia en la actual teoría del arte que sostiene que, muy al contrario, solo la obra fea puede ser considerada creativa, fea. Es decir que belleza y arte son incompatibles. Muy fuerte me ha parecido. Veámoslo todo.

Titula el artículo Jorge Soley “Santa Juana de Arco en Niza”, y explica que “La noticia llega desde Niza, en plena Costa Azul, pero no se refiere a ninguna playa sino al último acto de vandalismo institucional de una República francesa que de esto, de arrasar con las obras de arte que reflejan la presencia cristiana en aquellas tierras, tiene un largo historial (¿sabían que en 1790 la Abadía de Cluny fue saqueada y reducida a escombros?).

Ahora ha sido una estatua de Santa Juana de Arco erigida en el corazón de Niza, una estatua que se inauguró en octubre de 2024. Un trabajo realizado, por encargo del alcalde Christian Estrosi, por el Atelier Missor, un taller de jóvenes escultores que declaran que tienen, nada más y nada menos, que la misión de devolver la belleza al mundo actual a través de sus esculturas. La escultura de Santa Juana de Arco creada para responder a ese encargo pesa 9 toneladas y tiene 4,5 metros de altura.

Los laicistas franceses no podían permanecer callados y empezaron a protestar. Estrosi, alcalde de Niza respondió: “Es magnífica y eso es lo único que importa. Esta estatua de bronce del Atelier Missor pasará a la historia y a los libros como un ejemplo. Y para Niza, es un orgullo tener por fin una estatua de Juana de Arco”.

Pero los laicistas no se detuvieron y encontraron un defecto en el proceso de adjudicación. Huvo una denuncia y, tras un primer fallo favorable a la alcaldía, en segunda instancia se establece que por incumplimiento de las normas de adjudicación del contrato se ordena a la ciudad de Niza desmantelar la estatua y al Atelier Missor reembolsar los 170.000 euros que recibió por el encargo.

Para el taller, esto supondría un duro golpe que amenaza su supervivencia. Vale la pena leer con atención el comunicado del Atelier Missor al respecto:

“La única razón de esta polémica es que quienes nos encargaron el monumento a Juana de Arco, de buena fe, sabían que éramos los únicos capaces de hacer una estatua tan bella, mientras que otros, aquejados de una afección muy francesa, intentan hacernos creer que en Arte, lo Feo supera a lo Bello. El problema en Francia es que, desde hace medio siglo, los profesores de Bellas Artes desaniman sistemáticamente a todos los alumnos ingenuos y talentosos, explicándoles que la belleza es para los simples y que es necesario desarrollar un gusto aristocrático por la fealdad. La única manera que encontraron de curar su herida narcisista por no tener talento fue sabotear a toda una generación de artistas. Han robado el alma de una civilización haciéndolo todo feo, para que en medio de esta fealdad sentirse menos solos.

Y cuando, en medio de este abismo, una estatua dorada se yergue orgullosa, y el resplandor del sol reflejado en ella les quema los ojos, acostumbrados a la oscuridad, nos golpean”.

Para ayudar al Atelier se ha creado un fondo en el que se están recibiendo donativos. Como nota curiosa, uno de los impulsores de ese fondo es el príncipe Joachim Murat, descendiente del mariscal de Napoleón (que tantas obras de arte destruyó).

La historia, no obstante, ha dado un giro inesperado. En medio de las tensiones y los recursos, cuando la amenaza de que la estatua sea desmantelada es muy real, una ciudad húngara se ha ofrecido a acoger la estatua expulsada de Niza: la localidad de Mátészalka. En un comunicado de prensa, las autoridades locales húngaras afirman que quieren preservar y realzar los símbolos de la historia occidental, que consideran valores universales: “La lucha y el martirio de Juana de Arco continúan hoy en día”, declaró el alcalde Péter Hanusi.”

 

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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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