Aunque las contracturas más frecuentes se dan en la zona de las cervicales y espalda y no son lesiones graves, aunque son molestas para realizar actividades del día a día.
Las contracturas se forman en la piel, los músculos, los ligamentos y los tendones que están alrededor de las articulaciones afectando al rango de movimiento y generalmente presentan dolor.
Lo primero que tienes que saber es qué acciones o problemas pueden causar una contractura.
Las más comunes son lesiones musculares y óseas graves seguidas de los trastornos tanto hereditarios como del cerebro y del sistema nervioso.
También la reducción del uso por falta de movilidad y la cicatrización después de una lesión o una quemadura pueden provocar contracturas.
Al acudir al especialista se centrará en saber cuándo comenzaron los síntomas, si existe dolor en la zona afectada y si ha padecido en el pasado. Dependiendo de la causa y del tipo de contractura, los médicos pueden valorar la realización de más exámenes como una radiografía.
Una vez se ha determinado la causa y se hayan realizado las pruebas pertinentes, el tratamiento puede incluir fisioterapia, medicamentos y, en algunos casos, aparatos ortopédicos. La opción de cirugía es útil en algunos tipos de contracturas.
Como alternativa, siempre que nuestro especialista lo recomiende para poder tratar una contractura en casa, lo que se puede realizar es ejercicios y estiramientos recomendados por un profesional y aplicar calor en la zona afectada.
Para evitar las contracturas los expertos recomiendan ciertas medidas para reducir ese riesgo.
- Calienta antes de realizar ejercicio físico para que el músculo se prepara para ese alto impacto.
- Cambia de postura cada cierto tiempo tanto cuando estés de pie como sentado.
- Bebe agua para mantener la hidratación correcta.
- Lleva una alimentación sana y equilibrada.
- Evita las situaciones de estrés y duerme correctamente.
Las lesiones deportivas son comunes y pueden ocurrir en cualquier nivel de actividad física, desde el ejercicio recreativo hasta el deporte profesional
- Esguinces y Distensiones Musculares: Son lesiones comunes que involucran el estiramiento o desgarro de los ligamentos (esguinces) o músculos (distensiones). Pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero son especialmente comunes en áreas como los tobillos, rodillas y hombros.
- Tendinitis: Inflamación o irritación de un tendón debido al uso excesivo o movimientos repetitivos. Puede afectar a áreas como el hombro (tendinitis del manguito rotador), codo (codo de tenista o golfista) y rodilla (tendinitis rotuliana).
- Lesiones en el Ligamento Cruzado Anterior (LCA): Son lesiones graves que afectan al ligamento que se encuentra en la rodilla. Suelen ocurrir durante movimientos bruscos de pivote o cambio de dirección repentinos.
- Fracturas: Las fracturas pueden ocurrir como resultado de impactos directos o fuerzas excesivas en los huesos. Son comunes en deportes de contacto como el fútbol, rugby y hockey, pero también pueden ocurrir en deportes individuales como el esquí y el snowboard.
- Conmociones Cerebrales: Lesiones traumáticas en el cerebro causadas por un golpe o sacudida en la cabeza. Son comunes en deportes de contacto como el fútbol americano, rugby y hockey, pero también pueden ocurrir en deportes de alto impacto como el boxeo.
- Síndrome de Sobrecarga: Ocurre cuando los músculos y huesos no tienen suficiente tiempo para recuperarse entre sesiones de entrenamiento, lo que puede provocar fatiga crónica, estrés en los huesos y lesiones por uso excesivo.
- Bursitis: Inflamación de las bolsas sinoviales, que son sacos llenos de líquido que actúan como amortiguadores entre los huesos y los tejidos blandos. Puede ocurrir en áreas como los hombros, codos, rodillas y caderas.
- Hernias de Disco: Lesiones en la columna vertebral que pueden ocurrir como resultado de movimientos bruscos, levantamiento de peso incorrecto o impactos directos en la espalda. Son más comunes en deportes que involucran movimientos de torsión, como el golf y el levantamiento de pesas.