Celia en la revolución

Celia en la revolución

Este magnífico relato fue la última aparición de tan famoso personaje de la literatura infantil, pero es sobre todo un testimonio muy valioso sobre la guerra civil. Llevarlo a escena es una excelente contribución del Centro Dramático Nacional por ser confirmación de que su vivero teatral funciona, de que hay que clausurar para siempre el guerracivilismo que nos anega, y de la capacidad del teatro para hacernos comprender mejor. Todo eso.

‘Hoy, 13 de julio de 1943, termino de poner en borrador Celia en la revolución’. Encarnación Aragoneses, de seudónimo literario Elena Fortún, lo escribió a lápiz en su exilio de Buenos Aires, contando las peripecias de su famoso personaje entre 1936 y 1939, en base a lo que la autora acababa de vivir. El manuscrito quedó en poder de su hijo que trató en los años sesenta de que la editorial Aguilar lo publicara como los anteriores, pero Manuel Aguilar no quiso o no se atrevió a hacerlo, y se lo devolvió. Con ocasión del centenario del nacimiento de doña Encarna, en 1986, su biógrafa localizó en EEUU a la nuera de la escritora, para entonces ya viuda, que se los confió para que se publicaran. En 1987 apareció Celia en la revolución en edición de Aguilar. La tirada, muy corta, desapareció en poco tiempo. Los seguidores de la serie, hasta cuatro generaciones que habían ido pasando la tradición de padres a hijos estaban deseando conocer el episodio. En 2016 la editorial Renacimiento lo ha reeditado y su difusión ha sido notable.

María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses y de Urquijo murió en Madrid en 1952 a los 66 años. Había retornado a España en 1948. La serie de Celia consta de 21 libros y desde la aparición del primero en 1929 han supuesto un hito en la literatura infantil y juvenil en idioma español.

En Celia en la revolución (no se titula, no, Celia en la guerra, y por algo es), Elena Fortún rememora sus vivencias, ya con cincuenta años cumplidos, en la retaguardia republicana a través de los ojos de Celia, una jovencita inocente enfrentada de repente al descomunal desastre del hundimiento de la legalidad bajo la presión bélica de los alzados y las matanzas de los revolucionarios armados. La pobre muchacha se ve inmersa desde el mismo 18 de julio en la tragedia colectiva. Fusilan a su abuelo los nacionales y fusilan a su tía y a su primo los rojos. Huye a Madrid, siempre al cuidado de sus dos hermanitas pequeñas, y se ve rodeada de la cobarde represión de retaguardia, con ‘sacas’ y ‘paseos’ todos los días. El padre va al frente, las niñas son evacuadas… Las busca en Valencia y Barcelona donde la guerra es una cosa mucho más llevadera que en el Madrid del No pasarán, del hambre, la miseria y el terror de las checas. El padre huye con los grandes contingentes que salen por Cataluña, las niñas se salvan en Francia, ella consigue huir en uno de los últimos barcos que salen de los puertos levantinos.

Pues bien, Alba Quintas ha hecho una adaptación bastante fidedigna y María Folguera ha dirigido un montaje competente. Gracias a las diosas de la dramaturgia no se notan demasiado algunas de sus ideas preconcebidas, y la obra a pesar de ser favorable al bando republicano resulta un monumento de veracidad y realismo casi insoportable para las personas sensibles, compasivas y empáticas. Pocas veces en los últimos años ha habido una oportunidad semejante en los escenarios de comprender lo que fue el terror rojo, tan malvado o más que la represión azul, de confirmar que la mayoría de los españoles se vieron arrastrados y fueron víctimas de las minorías activistas, de imaginar lo que fue aquello, el inconmensurable abismo de bajezas que es toda guerra; más, toda guerra civil; mucho más, la nuestra, la española.

Folguera ha conseguido dar con el tono y el punto de una narración adolescente, de una visión inocente, de un texto inmaculado. El reparto de diez actores y actrices hace 30 o 40 papeles que dan una variedad y vivez al montaje sobresalientes. Tábata Cerezo es Celia por activa y por pasiva, y es su enorme mérito. Su inseguridad, su vulnerabilidad, son elementos esenciales. Pero todo el elenco vibra en el mismo tono ingenuo, cándido e iluso incluso cuando fusilan caprichosamente. Andrea Hermoso e Isabel Madonell hacen unas convincentes hermanitas y tienen capacidad para otros papeles secundarios. Ione Irazábal, Julia Monge y Rosa Savoine se multiplican, y lo de la primera con el ukelele es de magia. Qué decir, -más de lo mismo-, de los cuatro actores que son el abuelo, el padre, el pretendiente muerto en combate, el jardinero convertido en flamante capitán, y a la vez otros muchos personajes.

La escenografía de Mónica Teijeiro es escueta pero crea varios planos socorridos, la acción se despliega continuamente por los pasillos de la platea ganando profundidad e impacto; su vestuario es mucho, variado y acertado; iluminación y espacio sonoro funcionan, la primera a cargo de simular con fundidos los muchos fusilamientos y el segundo incorporando heréticamente a la rapera La Mala Rodríguez en ilustraciones salvajes; el movimiento escénico es complicado con tantas salidas por los foros, pero funciona.

Una gran producción del CDN que no ha regateado empuje para que su Laboratorio Rivas Cherif brille como si de una consagrada compañía de fuste se tratara. Se abrió en 2012 y ha llegado a su quinta convocatoria para actores, directores, dramaturgos, escenógrafos, figurinistas, iluminadores y gestores culturales buscando ‘el diálogo entre todos los agentes vinculados con las Artes Escénicas’. Con sede permanente en la Sala El Mirlo Blanco del Teatro Valle-Inclán, busca ser un polo magnético ‘donde los profesionales de las artes escénicas puedan desarrollar su inventiva y descubrir caminos que hagan madurar y crecer a la escena española contemporánea’.

Es tal el grado de distorsión de la historia reciente que sufre la sociedad española y el teatro actual, de manipulación grosera y adoctrinamiento panfletario, que Celia en la revolución es un soplo de aire fresco aunque acongoje recordar las cosas que nos han pasado y lo pronto que nos hemos olvidado de sus duras lecciones. En el estreno, el público habitual de estos enjuagues -superestructura cultural cosechadora por activa o por pasiva de la infausta, torticera y dañina ‘memoria histórica’- apareció sorprendido. No era la habitual ración de estulticia, y aunque aplaudieron no lo hicieron con el dolor, con la rabia, con la desesperación y con la voluntad de resistir que merecen estos difíciles tiempos.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 9
Adaptación: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Escenografía: 7
Producción: 8
Programa de mano: 8
Documentación a los medios: 8

CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
Teatro Valle-Inclán
CELIA EN LA REVOLUCIÓN
Versión Alba Quintas
Inspirada en la novela de Elena Fortún
Dirección María Folguera
Del 6 al 24 de noviembre de 2019

Reparto (por orden alfabético)

-Chema Adeva – ManuelAguilar, Miliciano que fuma, Padre, Campesino de Segovia y Hombre de los pitillos
-Tábata Cerezo – Celia
-Pedro G. de las Heras – Abuelo, General López Ochoa, Miliciano que se ha fijado en María Luisa, Camarero en Valencia, Padre de María Luisa, Hombre que celebra la caída de Barcelona, Voz del anuncio del Gobierno de la República y Portero de Argüelles
-Trigo Gómez – Hombre de la cola de la lechería, Falangista segoviano, Miliciano en Carabanchel, Jorge, Miliciano de la piel de zorro, Miliciano de las ciruelas y Campesino de Segovia
-Andrea Hermoso – Teresina, María Luisa y Bohemia en Barcelona
-Ione Irazabal – Valeriana, Lechera, Herminia, Amalia Isaura, Vendedora de telas y Mujer que celebra la caída de Barcelona
-Isabel Madolell – María Fuencisla «Mila», Fifina, Mujer miope, Bohemia en Barcelona, Mujer del ovillo de lana, Chiqueta de las naranjas y Joven del gato
-Ramiro Melgar – Experto en animales, Falangista segoviano, Gerardo,Hombre de Carabanchel, Bohemio en Barcelona, Chiquet de las naranjas, Hombre de la sal, Hombre que celebra la caída de Barcelona, Campesino de Segovia y Juan García
-Julia Monje – Mujer del cuartel de la Montaña, Mujer de las sandías, Guadalupe, Mujer que va a ser asesinada, Mujer de la cola de la lechería y Militar del Ministerio de Guerra
-Rosa Savoini – Madre de Manuel Aguilar, Tía Julia, Vecina de Argüelles, Mariana la cambista, Doña Clara, Casera de Barcelona, Mujer de las patatas y Mujer que celebra la caída de Barcelona.

Equipo artístico
Escenografía y vestuario – Mónica Teijeiro
Iluminación – Ion Anibal
Espacio sonoro – Javier Almela
Movimiento escénico – María Cabeza de Vaca
Asesor de ukelele – Guillermo Domercq
Ayudante de dirección – Rakel Camacho
Asistente de dirección – Alba Quintas
Ayudante de vestuario – Vanessa Actif
Producción – Centro Dramático Nacional
Un trabajo de investigación del Laboratorio Rivas Cherif.

De martes a domingo, a las 20:00 h
Duración 2 h 5 min aprox.
Encuentro con el equipo artístico, jueves 14 de noviembre, 18:30 h.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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