La última noche del mundo

La última noche del mundo

Partiendo de un asunto importante -el tiempo como bien escaso- esta dramatización con pretensiones filosóficas divaga sobre política y amor sobre bases convencionales de las que solo emergen la poderosa presencia de la actriz ruandesa Nancy Nkusi y la chispa de los parlamentos en español del actor Fabrice Murgia.

Pretende que imaginemos un mundo sin noche, cuando solo se trata de elucubrar sobre un mundo en el que se ha puesto fin a la necesidad fisiológica de dormir 6-9 horas mediante una pastilla que concentra sus efectos de descanso con tan solo 45 minutos de sueño. Tras un supuesto debate internacional que ganan los partidarios de aplicar esta píldora universal, el mundo esta en la víspera de iniciar ‘la era de la noche fragmentada’, en la que cada uno elige cuándo quiere dormir. La trama fantasea con que así la vida activa, furiosa e implacable corre por las venas de una humanidad todopoderosa y alegre en un planeta activo 24x7x365, cosa a la que nos hemos ido aproximando y seguiremos haciéndolo sin necesidad de esta píldora milagrosa.

Mientras las multitudes contentas cantan y bailan durante la última noche por todo el mundo, el protagonista -abanderado del descubrimiento- es informado de que la protagonista -enemiga acérrima del mismo- agoniza a miles de kilómetros. Él está comprometido con esta píldora fatal. Ella ha tratado en vano de hacerle tomar conciencia de sus peligros. Llega la última noche para la toda humanidad y también para la pareja. Lou desaparece. Y costará mucho al autor de la pieza, Laurent Gaudé, llegar al final en circunloquios repetitivos aderezados con imagenes de telediarios y debates, con una mujer malvada y atormentada impulsando el desastre y una mujer buena y cándida defendiendo a la madre naturaleza con sus ciclos eternos.

El punto de partida de Laurent Gaudé es interesante: ‘La noche siempre ha sido el reino de la libertad pero también del miedo, un espacio donde las fronteras se difuminan, donde todo cambia de aspecto y de significado, en el éxtasis o en el terror. La noche cuestiona nuestras vidas, cuestiona nuestra finitud. Ya en La Epopeya de Gilgamesh, el héroe mesopotámico quiso liberarse del ciclo del sueño: trató de permanecer despierto más de seis días para ser inmortal. Siglos después, ¿estamos a punto de triunfar donde él fracasó? Y si es así, ¿qué seremos a partir de ahora? ¿Una humanidad eterna y a la vez exhausta? ¿Acaso la noche nos mira ahora con piedad, a nosotros que hemos perdido el arte de dormir? ¿Quizás sea el momento de escuchar su voz y aceptar su encanto? Pero el mensaje político buenista y la historieta de amor trivial de la pareja protagonista reducen el intento a poco más que banal.

Con esta típica escenografía de nuestros días que lo reduce todo a una pantalla dominante y unas proyecciones vídeográficas de modesta calidad, Gabor nos lo va contando todo y Lou lo va cuestionando puntualmente en un esquema que termina por cansar. Solo destaca la iluminación de Emily Brassier y especialmente su efecto sugerente sobre los vapores que cruzan la escena. Gabor se enerva a ratos, grita y manotea; Lou jamás perderá la calma y además cantará bastante y bien. Las razones por las que el CDN coproduce la pieza junto a ocho instituciones de los Países Bajos no nos quedan claras más allá de la ascendencia materna española de Murgia y su meritorio uso de la lengua nuestra.

Esta fábula distópica pierde el rumbo desde su inicio, plantea un gran acertijo por caminos demasiado convencionales y ni conceptual ni formalmente aporta mucho. Por más que se presente como ‘fábula sobre el capitalismo desenfrenado’ es simplemente un discreto espectáculo intimista que se deja ver.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 5
Dramaturgia, 5
Dirección, 7
Interpretación, 8
Escenografía, 5
Producción, 6
Documentación a los medios, 6

Teatro María Guerrero | Sala María Guerrero
La última noche del mundo
Escrita por Laurent Gaudé y dirigida por Fabrice Murgia
21 – 24 OCT 2021

Texto Laurent Gaudé
Dirección Fabrice Murgia

Reparto
Fabrice Murgia (Gabor) y Nancy Nkusi (Lou)

Escenografía Vincent Lemaire
Iluminación Emily Brassier
Creación de sonido Brecht Beuselinck
Sonido Célia Naver
Videocreación Giacinto Caponio
Regidor Marc Defrise
Ayudante de dirección Véronique Leroy
Colaboran Shelterprod, taxshelter.be, ING y tax-shelter del gobierno federal belga.
Coproducción Centro Dramático Nacional, Théâtre National Wallonie-Bruxelles, Théâtre de Namur, Mars – Mons arts de la scène, Théâtre de Liège, Central – La Louvière, Théâtres en Dracénie, Théâtre L’Aire Libre, Riksteatern y Scène Nationale d’Albi.

Duración: 1 h 20 min aprox.
De jueves a sábado a las 20:00 | Domingo a las 12:00

 

 

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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